Cada 13 de junio se conmemora el Día del Escritor en Argentina, en honor al natalicio de Leopoldo Lugones, fundador de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y autor de 35 obras en vida. Aquí una nota a propósito de quienes escribimos en todas sus formas.Cuando en la Jornada por el Día del Traductor en Rosario (2010) le pregunté a Angélica Gorodischer si acaso no solía volver sobre sus textos con ganas de seguir corrigiendo, suprimiendo, poniendo, sacando, volviendo a escribir, etcétera, pensó apenas un segundo y respondió que esa práctica correspondía más bien a algunos de sus colegas, pero que ella no solía experimentarla. Personalmente, como traductora, todavía hoy me sorprende su respuesta; como escritora, la creo en parte afortunada y, por entonces, pensé algo así como: “Esta mujer está escapando del mal que nos aqueja a tantos otros, esos otros que formamos parte de un mismo cuerpo y que también escribimos”. “Aún si nunca hubiesen existido las gomas de borrar ni aquella tecla a la que suelo recurrir cuando escribo en la computadora, mi afán por la revisión y la rerevisión no dejaría de ser insaciable”. Hace unos años me topé con el artículo de Michael Cunningham Encontrados en la traducción en la Revista Ñ (traducción del original Found in Translation por Joaquín Ibarburu). Entre tantas conclusiones que el texto manifiesta, me apodero de esta más que de ninguna otra: “Si el libro en cuestión sale bien, no es nunca el libro que uno había querido escribir”. ¡Pero claro! Es que hasta el escritor menos perfeccionista, hasta aquel que se dice menos autoexigente y más espontáneo siente, antes o después, aunque sea por una vez, que podría haber traducido sus ideas en una prosa más digna, en un verso un poco menos locuaz. Y esta sensación de que al texto le falta o le sobra no dista de la de muchos traductores de idiomas, sobre todo si se trata de traductores literarios. Si se traduce y se está conforme con el producto final un momento, al siguiente la gloria de haber logrado un trabajo inmejorable desaparece, y ya entra uno a querer hacer cambios que, muchas veces y por razones de tiempos u otras exigencias, se estancan en las ganas del traductor y ahí quedan. ¿Y no es natural que esto nos ocurra? Se trata de la insatisfacción que siente el actor cuando interpreta sus líneas con menos histrionismo que tras bambalinas, lo cual le resulta terriblemente inexplicable. Incluso podríamos encontrar semejanza con el descontento que persigue al músico cuyos ojos lo traicionan al leer una partitura en público, y jamás, jamás, le había ocurrido esta falla en la intimidad de sus ensayos. Hacia el final del artículo, Michael Cunningham sugiere que “nos encontramos en una búsqueda, y no nos desalienta la sospecha colectiva de que la perfección que buscamos en el arte tiene tantas posibilidades de aparecer como el Santo Grial […]”. Por mi parte, confieso que aún si nunca hubiesen existido las gomas de borrar ni aquella tecla a la que suelo recurrir cuando escribo en la computadora, mi afán por la revisión y la rerevisión no dejaría de ser insaciable. Pero en cuanto a buscar la perfección, me parece que la cuestión de búsqueda va más allá de querer hacer que todo cuadre, que la prosa suene perfecta y el verso lo menos errático posible. El escritor es ante todo un ser humano, influenciado por cambios ajenos e internos. No es novedad observar que cada decisión que tomamos (y cada decisión que toman otros) repercute inevitablemente en la individualidad de cada ser vivo que habita la Tierra. Y el escritor, por ser escritor, no está exento. Si el escritor madura, naturalmente verá su texto de hace un año, un mes o un día atrás con otros ojos; naturalmente, las consecuencias de su madurez pujarán por verse reflejadas en sus producciones. No nos hace falta el fracaso para querer mejorar un libro ni tampoco se trataría de perseguir constantemente la perfección; el escritor es, por naturaleza, un ser humano y después un artista, por más que hoy por hoy sienta que no puede ser si no es siendo artista. Primero nació ser humano; luego, se forjó como artista en el seno de una cultura dada. Y nacemos para crecer. Crecemos y —en teoría al menos— “evolucionamos”; es natural que el escritor no pueda escapar a sus ansias por querer que su trabajo crezca y evolucione con él. “Escribir, traducir y leer, decía, parecen ser, a pesar de sus diferencias, quehaceres a cargo de gente que no para de delegar responsabilidades”. Durante mis años de estudio en el Traductorado de inglés, era requisito infaltable antes de encarar una traducción figurarnos a quién estaría dirigido el texto traducido. Lo cual nos fastidiaba un poco, porque como estudiantes prácticos del siglo XXI, la mayoría quería poner manos a la obra, traducir “y punto”. Ahora bien, el texto de Cunningham me obliga a reflexionar y me pregunto: ¿acaso hay un punto más allá del que pone mi mano cuando escribo, cuando traduzco? ¿Existe un punto final auténtico, gracias al cual el escritor se desliga por completo de su texto, y el traductor de su traducción? ¿Y si los puntos también son abstracciones, casi meras ilusiones? Lo cierto es que ningún lector que haya estado siguiendo un libro a conciencia termina de leer, lo cierra a sangre fría y retoma su rutina como si nada. No en realidad. La mente, siempre crítica, suele invitar a la reflexión, al cuestionamiento, a la conmoción, al antojo de continuar imaginando personajes o confabular un ensayo que contradiga al autor. Entonces, el punto final en el círculo escritor-traductor-lector no existe. Ni siquiera el lector, receptor tal vez último del texto, puede dar un punto definitivo al proceso. No puede hacerlo simplemente porque no puede evitar reaccionar de algún modo al texto que le llega: reacciona leyendo más sobre el tema, escribiendo sus pensamientos al respecto, comentándolo con un conocido, o solo imaginando y traduciendo. Incluso podría decirse que el punto final contiene, en cierta forma, a los suspensivos, esos que nos invitan a elevar nuestra percepción del texto lo más alto posible y pensar. El lector en su rol de “lector final” solo daría un fin virtual al proceso descrito por Cunningham, si bien él mismo afirma: “[…] El lector representa el paso final en la vida de traducción de un libro”. Cuando Cunningham se dispuso a escribir Encontrados en la traducción, inevitablemente tradujo sus ideas y sus propios pensamientos en palabras, y luego su texto fue publicado por el New York Times. Después, el traductor Joaquín Ibarburu retomó su texto y lo tradujo al español para acercarlo a los lectores de Revista Ñ. Como receptores “últimos”, los lectores retrabajamos el sentido del texto y reflexionamos a partir de él. Así, escribir, traducir y leer (cuesta ordenarlos en un supuesto orden de aparición, y bien se podría señalar que quien escribe ha leído ya, y quien traduce ha leído de antemano, y leerá después, y escribirá la lectura al traducir, como diría Roland Barthes); escribir, traducir y leer, decía, parecen ser, a pesar de sus diferencias, quehaceres a cargo de gente que no para de delegar responsabilidades, personas que continuamente encomiendan el final de su trabajo a terceros: el que escribe delega en el que traduce, el que traduce en el que lee, el que lee en el que escribe… En síntesis, podría calificarse de irresponsable —¡paradójicamente irresponsable!— a todo aquel que lleve a cabo cualquiera de estas tres tareas... ¡Vaya conclusión la mía, qué disparate! Pero si así fuera, si tanto escritores como lectores como traductores no fuéramos más que unos irresponsables, precisamente por delegar en otros la completud que nunca acaba de llegar, ¡qué digna me siento de ejercer los tres roles! ¿Y usted? ◘ ◘ ◘ Artículo publicado originalmente en De Artículos y Revisiones, enero de 2011. TAMBIÉN PODRÍA INTERESARTE • 13 de junio: ¿por qué se celebra el Día del Escritor? • Toda la literatura es producto de la traducción: un ensayo al rescate del traductor como benefactor • Encontrados en la traducción • Found in translation • Mi ensayo sobre traducción literaria • Escribir la lectura de Roland Barthes Delfina🍊 #HablemosDeMarketing #MarketingParaTraductores #ACMEparaTraductores #orangepower🍊 #orangepowerDMH🍊 ![]() Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! Más info
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El año pasado asistí a una charla para emprendedores y, en un momento dado, el orador pronunció la palabra mágica “intraducible” en relación con una frase en inglés de Tom Kelley. Estaba fascinado con la cita y no había dado con ninguna traducción que le hiciera justicia. Aparentemente, tampoco tenía fe en que tal traducción pudiera existir: era, según él, un caso imposible de traducir de manera que sonara bien en español. Muchas veces nos enamoramos de cómo suena una palabra o una cita en un idioma dado y, como asociamos el idioma fuente con “el origen”, entendido como un valor absoluto e irremplazable —como la pureza—, nos resulta imposible amigarnos con la idea de que esa palabra o frase podrían tener una traducción posible e, incluso, interesante en nuestra lengua. Ahora bien, si ampliamos la noción de traducción y la pensamos en términos de la búsqueda de equivalencias relativas (no creo en las equivalencias exactas) entre lenguas, podríamos abordar los “intraducibles” desde un lugar un poco más fecundo: la posibilidad de traducirlos. DE INTRADUCIBLE A TRADUCIDATomé el aviso del orador de que citaba la frase en inglés porque era imposible traducirla al español como un desafío. Él no sabía que entre el público había una traductora que, meses más tarde, ensayaría algunas traducciones posibles. La frase citada decía así: “Fail early to succeed sooner.” —Tom Kelley. Al investigar el origen de la cita para escribir este artículo, los resultados de Google la muestran, a veces, tal como la escuché en la charla (ver arriba); otras veces, con leves variaciones, como en este caso: “Fail early, fail often, in order to succeed sooner.” Sin embargo, debo aclarar que, cuando probé de traducirla al español, partí únicamente de la frase que había escuchado en la charla y sin conocer las otras opciones que ofrece Google. Así que no en todas mis versiones aparece la idea de equivocarse seguido (fail often), como en el ejemplo anterior. También debo aclarar que lo que hice en muchos casos no fue una traducción, sino, antes bien, lo que yo llamo una “Sinatraducción”: es decir, una adaptación a mi manera. Hice una reformulación creativa de la frase de partida para adaptarla al español rioplatense de modo que resuene con mi público objetivo (traductores emprendedores, estudiantes de traducción, emprendedores de otros sectores y empresarios de diversas industrias). Estas adaptaciones en las que el traductor está habilitado a tomarse alguna que otra licencia creativa con tal de generar un texto relevante, natural y simpático para el lector modelo de la nueva cultura, esa cultura de llegada, suelen englobarse bajo la denominación de transcreation (a diferencia de “Sinatraducción”, transcreación es un término reconocido ya en la industria de la traducción. Pero no pierdo la esperanza: quizá algún diccionario recoja “Sinatraducción” como un neologismo válido en el futuro cercano). En fin, estas son mis propuestas al español rioplatense de la frase de Tom Kelley en inglés: en la lista figuran desde traducciones más cercanas al texto fuente en cantidad de palabras e impacto, hasta adaptaciones y reescrituras en las que aprovecho a explayarme un poquito más, incluir alguna metáfora, recurrir a imágenes visuales que, a mi gusto, son interesantes de leer… en fin, hay unas cuantas Sinatraducciones: Texto fuente: “Fail early to succeed sooner.” Texto meta: menú a la carta (ver opciones abajo) a) Un tropiezo a tiempo acortará el camino al éxito. POR QUÉ TRADUCIR LO “INTRADUCIBLE”Porque muchas veces lo que consideramos un intraducible puede ser, en realidad, traducido. Ya lo dijo Mandela: “Todo parece imposible hasta que se hace”. Concedamos a los traductores el beneficio de la duda. ¿Quién sabe? Alguno podría llegar a traducir lo que, aparentemente, no tenía una traducción interesante en español. * * * (Le envié mis propuestas al orador. A ver qué pasa...). :D Y vos, ¿cómo traducirías la frase de Kelley al español? Delfina🍊 #HablemosDeMarketing #MarketingParaTraductores #ACMEparaTraductores #orangepower🍊 #orangepowerDMH🍊 ![]() Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! >> Más info “¿Cuándo fue la última vez que quedaste superconforme con un producto o servicio?”Hace un tiempo me llegó un proyecto de revisión de inglés a español para el cual la empresa me había seleccionado por mi experiencia en traducción de textos de marketing y tecnología. A grandes rasgos, el proyecto consistía en traducir y revisar al español el sitio web de una marca que ofrece soluciones para medir la CX. La CX, claro. ¿Que qué es eso? CX es la sigla en inglés de customer experience, término que, en español, conocemos como “experiencia del cliente”. CUSTOMER EXPERIENCE NO ES ATENCIÓN AL CLIENTEComo hay otros conceptos que suenan parecidos, es fácil confundir la experiencia del cliente, con, por ejemplo, el servicio de posventa o el de atención al cliente. El asunto es que estos servicios son procesos reactivos: surgen para dar respuesta a un problema, pero, claro, para entrar en acción, el cliente debe experimentar un inconveniente primero. Es decir, el cliente tiene una mala experiencia y ahí es cuando el servicio de ayuda entra en acción. La experiencia del cliente, en cambio, empieza mucho antes de que surjan los problemas. Asimismo, abarca la etapa de resolución, en caso de que aparezcan problemas, y continúa después de que estos se resuelven. CUSTOMER EXPERIENCE NO ES USER EXPERIENCETambién cabe destacar que CX o customer experience (experiencia del cliente) no es lo mismo que UX o user experience (experiencia del usuario). La UX o experiencia del usuario tiene que ver con el diseño del producto y la usabilidad. Así es que aquel profesional del diseño que busque orientarse a la UX trabajará más de cerca con la tecnología y deberá responder a las siguientes preguntas:
QUÉ ES CX O EXPERIENCIA DEL CLIENTELa CX o experiencia del cliente es un concepto más amplio que los anteriores: se define por la suma de todas y cada una de las interacciones que tiene el cliente o consumidor con una marca, en cada punto y canal de contacto con esa marca. El equipo encargado de velar por la CX debería formularse las siguientes preguntas:
La experiencia del cliente es un concepto global que parte de cuidar al cliente, sus expectativas y su apuesta a la marca desde antes de que se produzca la compra, con creación de experiencias que prioricen empatizar con él. Hablar de experiencia del cliente desafía a las marcas a hacer su mejor esfuerzo por salvar las papas antes de que las papas quemen. Las desafía a anticiparse a los problemas que podría tener el cliente con el producto para evitar que tenga una mala experiencia. Por sobre todas las cosas, la CX, como concepto derivado del customer-centric marketing, les exige a las marcas dedicarse a analizar, investigar y comprender el perfil del cliente objetivo de la forma más exhaustiva posible, más allá de los meros criterios demográficos, para preparar y garantizar un customer journey (o recorrido del cliente) minado de experiencias satisfactorias, sin inconvenientes y felices. CÓMO SE MIDE LA CXLos principales criterios estadísticos para medir la experiencia del cliente —sí, se mide estadísticamente— son los siguientes: C-SAT: Customer Satisfaction Score o índice de satisfacción del cliente Customer Retention: índice de retención del cliente Volumen de casos atendidos AHT: Average Handle Time o tiempo promedio de resolución FCR: First-Call Resolution o resolución en la primera llamada Herramienta NPS: Net Promoter Score CES: Customer Effort Score o indicador de esfuerzo del cliente CÓMO CREAR UNA EXPERIENCIA DEL CLIENTE (CX) WOWHace poco hice la siguiente pregunta en mis redes sociales: “¿Cuándo fue la última vez que quedaste superconforme con un producto o servicio?” Una seguidora en Facebook comentó: “La última vez que quedé superconforme con un servicio fue hace poquito, cuando fui a sacarme sangre a un laboratorio un día sábado. No solo me atendieron con mucha predisposición y buen trato, sino que además tuvieron en cuenta que uno asiste a esos análisis en ayunas, me convidaron un alfajor y me dieron acceso a una máquina expendedora de café que acababan de instalar allí para sus pacientes”.Wow. Por mi parte, la última vez que quedé muy conforme con una marca fue cuando, durante una cena, la moza se mostró amable, bien predispuesta y atenta desde el principio y en cada interacción que tuvo con el cliente (yo). Por ejemplo, al saber que era mi primera vez en el lugar, se ofreció a recomendarme algunas opciones. Luego, se acercó una vez para preguntarme si necesitaba algo más (yo la había mirado distraídamente y se ve que interpretó que la estaba llamando… pero no). Después, al retirar los platos, preguntó si había estado todo bien. La forma en que preguntaba transmitía espontaneidad y verdadero interés, y enseguida se dio una microcharla sobre qué carrera estudia (Medicina) y cuándo terminaba su turno esa noche. Finalmente, le pedí la cuenta y, cuando volvió con el ticket, dejó un postrecito (tiramisú) sobre la mesa, diciendo: —Chicos, esta es una atención que les hago yo. Wow. Según Philip Kotler, “WOW es la expresión que emite el cliente cuando experimenta una sensación de placer y alegría que lo deja boquiabierto” (167). UNA EXPERIENCIA WOW SE COMPONE DE MOMENTOS WOWLos momentos WOW en la experiencia del cliente reúnen tres características: 1. El factor sorpresa. Surgen cuando uno tiene una expectativa X, pero recibe mucho más. Hay un valor agregado, sea tangible o intangible, que proviene directamente de la experiencia con la marca y sus múltiples caras visibles: los empleados en el lugar, el sitio web, el personal de atención al cliente, el producto o servicio, etc. Hay algo en la atención, el producto, la experiencia que nos toma por sorpresa, rompe con nuestros esquemas para bien y termina por superar nuestras expectativas. 2. El factor personal. Bueno, no todos los clientes lo hacen, pero algunos sí: me refiero a explicitar exactamente qué quieren, por más raro que sea y por más pocas chances que haya de que la marca cumpla ese pedido un tanto fuera de lo común. Por ejemplo, un sobreturno con el médico… en un día pico; una cazuela de salsa aparte para los tallarines… que ya vienen con salsa; un descuento sobre el precio de una prenda de vestir… que no tiene descuento; un plazo más largo del que suele otorgar una marca para la validez de una seña o reserva. Si alguna vez te mandaste un mangazo de este tipo con la expectativa de que te dijeran que no, pero te dijeron que sí, ese fue un momento WOW. Contra todo pronóstico, la marca superó tus expectativas y te consintió. Ahora decime si no querés volver a comprar ahí. 3. El factor contagioso. Un momento WOW en la experiencia del cliente llega a ser óptimo y a rendir sus frutos al cien por ciento para todos los interesados cuando, de forma espontánea, ese cliente o consumidor recomienda la marca a partir de su propia experiencia positiva con ella. Si alguien vive un momento WOW, lo más probable es que haga correr la voz y recomiende la marca a muchas personas. Ese es el famoso boca en boca que nos llena de satisfacción a todas las marcas conscientes de la necesidad de poner al cliente en el centro de todos nuestros esfuerzos. CÓMO MEJORAR TU CX PARA EXTENDER LA EXPECTATIVA DE VIDA DE TU MARCAUna buena experiencia del cliente asegura que ese cliente tenga interacciones positivas con la marca a lo largo de toda su relación con ella, sin importar desde dónde interactúe con el personal, el producto o el servicio. Cuando cuidamos la experiencia del cliente y velamos por que sea no solo satisfactoria, sino, en lo posible, WOW (que supere nuestras expectativas), los beneficios para las personas conllevan, a su vez, dos beneficios fundamentales para las marcas: Lealtad. Los clientes que se sorprenden para bien al interactuar con una marca se transforman en clientes leales. A corto y mediano plazo, es más probable que vuelvan a elegir esa marca. A largo plazo, es menos probable que se vayan con la competencia. Publicidad gratis. Cuando estamos contentos con una marca, la seguimos eligiendo para el consumo personal, pero, además, se la recomendamos a nuestros amigos, familiares e, incluso, desconocidos. Hoy por hoy, los clientes confían más en las recomendaciones de sus amigos que en la publicidad paga e invasiva que aparece en los medios masivos de comunicación o las redes sociales. A la larga, las marcas exitosas son las que perduran en el tiempo. La forma de diseñar experiencias en torno al cliente, su persona y sus necesidades es, primero, siendo conscientes de que, si no nos ocupamos de supervisar la relación del cliente con nuestra marca y nos aseguramos de cuidarla, el azar puede hacer estragos con ella. Segundo, una vez que decidimos tomar las riendas de la experiencia del cliente, hay que poner manos a la obra para diseñar un circuito del cliente con la infraestructura, los procesos y los empleados adecuados, es decir, aquellos capaces de generar momentos WOW a lo largo de la experiencia. Ya no basta con que el producto sea medianamente bueno o el servicio cumpla con la promesa general de la marca: si no consentimos y sorprendemos a nuestros clientes, lo más probable es que los perdamos. Y vos, ¿cómo te asegurás de crear momentos WOW |
Es raro que en enero haya eventos interesantes para emprendedores en Rosario. Sin embargo, Shock Emprendedor, una nueva iniciativa conjunta de REQ Coworking y SILENCIO Publicidad, aprovechó el último fin de semana del mes más caluroso del año para refrescar el ecosistema emprendedor en la ciudad. Aquí la nota sobre este innovador espacio de aprendizaje y networking por y para emprendedores.
Era una mañana pesada y ligeramente lluviosa en Rosario. Y era sábado. La semana había estado terriblemente calurosa y, aunque los rosarinos todavía no lo sabían, se venía una peor: con sensaciones térmicas de cuarenta grados, más baja presión, más aire caliente y sol pleno del malo. Pero, dentro de todo, la mañana de aquel sábado 26 de enero estaba pasable.
Cuando llegué a REQ Coworking cerca de las diez y media pensé que estaba llegando tarde. Justo entré con otras dos mujeres que acababan de cerrar el paraguas y estaban ansiosas por subir las escaleras y conseguir un lugar. Le mostré el comprobante de inscripción a uno de los organizadores que tenía un acento de alguna parte de América Latina —luego supe que es de Venezuela— y me apuré a subir pensando que me estaría perdiendo la primera charla.
Por suerte, todavía no había comenzado. Me tomé unos segundos para sacar algunas fotos y elegir mi silla. Enseguida empezamos a charlar con una chica que tenía unos anteojos dorados enormes.
Mariana no es rosarina, pero hace seis meses que vive en Rosario. Es fanática de Instagram y vende productos de belleza y cuidado de la piel principalmente a través de esa red social. Como en un futuro quiere tener su propio emprendimiento en ese mismo sector, había venido con Josefina, su hermana, para sumar herramientas y empaparse de las experiencias de los emprendedores invitados.
Y eso es lo que todos los que estábamos ahí teníamos en común: éramos pocos y nos conocíamos nada, pero todos estábamos ávidos de escuchar y aprender.
Cuando llegué a REQ Coworking cerca de las diez y media pensé que estaba llegando tarde. Justo entré con otras dos mujeres que acababan de cerrar el paraguas y estaban ansiosas por subir las escaleras y conseguir un lugar. Le mostré el comprobante de inscripción a uno de los organizadores que tenía un acento de alguna parte de América Latina —luego supe que es de Venezuela— y me apuré a subir pensando que me estaría perdiendo la primera charla.
Por suerte, todavía no había comenzado. Me tomé unos segundos para sacar algunas fotos y elegir mi silla. Enseguida empezamos a charlar con una chica que tenía unos anteojos dorados enormes.
Mariana no es rosarina, pero hace seis meses que vive en Rosario. Es fanática de Instagram y vende productos de belleza y cuidado de la piel principalmente a través de esa red social. Como en un futuro quiere tener su propio emprendimiento en ese mismo sector, había venido con Josefina, su hermana, para sumar herramientas y empaparse de las experiencias de los emprendedores invitados.
Y eso es lo que todos los que estábamos ahí teníamos en común: éramos pocos y nos conocíamos nada, pero todos estábamos ávidos de escuchar y aprender.
Foto: Julieta Kleier | Mueck *Design for Everybody*
LAS VOCES DEL ESPÍRITU EMPRENDEDOR
“Shock Emprendedor surge de la fusión entre REQ Coworking y la agencia SILENCIO Publicidad. Ambas instituciones ofrecen servicios a emprendedores. El término ‘shock’ da idea de ‘impacto’, que es lo que precisamente están provocando los emprendimientos hoy en día”, comenta William Villa, cofundador de SILENCIO Publicidad. “Es un espacio relajado, de recreación, gratis y con expositores especialmente seleccionados para la ocasión. Los emprendedores no solo presencian las charlas, sino que también se conocen e interactúan entre ellos para formar nuevos negocios”.
En su primera edición, Shock Emprendedor contó con la presencia de Vanesa Blengino y Eugenia Bertello, la dupla al frente de El Batidor tiene la culpa; Matías Capitane, cofundador de REQ Coworking; Julieta Kleier, fundadora de Mueck *Design for Everybody*, y William Villa, cofundador de SILENCIO Publicidad.
Vanesa Blengino compartió sus cinco pilares para llevar a cabo un emprendimiento exitoso basado en un gran equipo humano que, por cierto, “no tiene que ser perfecto”.
Matías Capitane hizo un recorrido por su historia personal como emprendedor incansable que siguió probando suerte en distintos países del mundo, contra viento y marea, hasta llegar a ser hoy cofundador de tres empresas de sectores totalmente distintos. “No tiren todo a la basura cuando algo no funcione; guárdenlo”, recomendó Capitane.
Julieta Kleier dio una charla muy motivadora y cien por ciento realista en la que presentó la serie de experiencias que dieron origen a sus ganas de emprender. Contó los detalles de cómo sorteó todos y cada uno de los grandes obstáculos con los que se topó en el camino hasta el día de hoy: “A veces hay que perder para ganar”.
William Villa reveló cómo su búsqueda personal de larga data lo llevó a descubrir su personalidad creativa y emprendedora y, en última instancia, a canalizar sus rasgos de carácter en nutrir la identidad de marca del emprendimiento propio:
En su primera edición, Shock Emprendedor contó con la presencia de Vanesa Blengino y Eugenia Bertello, la dupla al frente de El Batidor tiene la culpa; Matías Capitane, cofundador de REQ Coworking; Julieta Kleier, fundadora de Mueck *Design for Everybody*, y William Villa, cofundador de SILENCIO Publicidad.
Vanesa Blengino compartió sus cinco pilares para llevar a cabo un emprendimiento exitoso basado en un gran equipo humano que, por cierto, “no tiene que ser perfecto”.
Matías Capitane hizo un recorrido por su historia personal como emprendedor incansable que siguió probando suerte en distintos países del mundo, contra viento y marea, hasta llegar a ser hoy cofundador de tres empresas de sectores totalmente distintos. “No tiren todo a la basura cuando algo no funcione; guárdenlo”, recomendó Capitane.
Julieta Kleier dio una charla muy motivadora y cien por ciento realista en la que presentó la serie de experiencias que dieron origen a sus ganas de emprender. Contó los detalles de cómo sorteó todos y cada uno de los grandes obstáculos con los que se topó en el camino hasta el día de hoy: “A veces hay que perder para ganar”.
William Villa reveló cómo su búsqueda personal de larga data lo llevó a descubrir su personalidad creativa y emprendedora y, en última instancia, a canalizar sus rasgos de carácter en nutrir la identidad de marca del emprendimiento propio:
“El fracaso no existe en la mente de un emprendedor. El éxito tampoco. Son ciclos. Si te va mal, es un ciclo más para llegar al siguiente golpe. No hay éxito o fracaso. Tenés que encontrar tu lugar en el mercado”.
Foto: William Villa | SILENCIO Publicidad
QUÉ DICEN LOS ASISTENTES
¿Cuáles eran tus expectativas al asistir a Shock Emprendedor?
“Escuchar hablar sobre emprendedurismo; no sabía que iba a haber personas contando sus historias de cero al éxito. Sinceramente superaron ampliamente mis expectativas”.
Mariana, productos de belleza y cuidado de la piel
“Fui al evento con expectativas neutras; he ido a eventos de este estilo anteriormente y algunos han sido muy buenos y otros mediocres. Buscaba aprender ideas nuevas, conocer gente interesante y reforzar el espíritu emprendedor que llevo dentro. Este espacio superó totalmente mis expectativas. Ojalá haya más eventos de este nivel”.
Mauricio, ingeniero electrónico en busca de nuevos horizontes
“Mis expectativas en general se cumplieron. Pensaba en conocer un ámbito amigable donde los emprendedores pueden interactuar compartiendo experiencias y generando nuevos contactos”.
Diego, fundador de EstudioIDS, aceleradora de emprendedores y start-ups
Mariana, productos de belleza y cuidado de la piel
“Fui al evento con expectativas neutras; he ido a eventos de este estilo anteriormente y algunos han sido muy buenos y otros mediocres. Buscaba aprender ideas nuevas, conocer gente interesante y reforzar el espíritu emprendedor que llevo dentro. Este espacio superó totalmente mis expectativas. Ojalá haya más eventos de este nivel”.
Mauricio, ingeniero electrónico en busca de nuevos horizontes
“Mis expectativas en general se cumplieron. Pensaba en conocer un ámbito amigable donde los emprendedores pueden interactuar compartiendo experiencias y generando nuevos contactos”.
Diego, fundador de EstudioIDS, aceleradora de emprendedores y start-ups
¿Recomendarías este evento a otros/futuros emprendedores?
“Lo recomiendo porque te da un shock (como el nombre del evento lo dice) de entusiasmo. Ves otras historias de vida. Todos los fracasos previos hasta lograr lo que [estos emprendedores] querían. Fracasos no solos emocionales sino también económicos. Vale la pena conocer gente que se anima a emprender”.
Mariana, productos de belleza y cuidado de la piel
“Sin duda lo recomiendo. Prepárense para dejar de sentirse bichos raros cada vez que quieren emprender algo o tomar algún riesgo que no tenga resultado garantizado. Hay una comunidad de gente así y los invito a conocerla. ¡Con mucha experiencia y muchas ganas de seguir emprendiendo y aprendiendo!”
Mauricio, ingeniero electrónico en busca de nuevos horizontes
“Sí, lo recomiendo, ya que me parece una muy buena iniciativa y hay que consolidarla”.
Diego, fundador de EstudioIDS, aceleradora de emprendedores y start-ups
Mariana, productos de belleza y cuidado de la piel
“Sin duda lo recomiendo. Prepárense para dejar de sentirse bichos raros cada vez que quieren emprender algo o tomar algún riesgo que no tenga resultado garantizado. Hay una comunidad de gente así y los invito a conocerla. ¡Con mucha experiencia y muchas ganas de seguir emprendiendo y aprendiendo!”
Mauricio, ingeniero electrónico en busca de nuevos horizontes
“Sí, lo recomiendo, ya que me parece una muy buena iniciativa y hay que consolidarla”.
Diego, fundador de EstudioIDS, aceleradora de emprendedores y start-ups
A propósito de las próximas ediciones, William Villa destacó que “en todas las reuniones encontrarán una idea, un contacto o una ayuda para mejorar su emprendimiento. Recibirán también distintos beneficios de lugares de la cercanía de REQ. En Shock Emprendedor encontrarán ese espacio para compartir con sus pares y hacer negocios de manera suelta y divertida”. ◘◘◘
¿Querés desarrollar tu espíritu emprendedor?
Seguí a Shock Emprendedor en Instagram para enterarte de los próximos encuentros en Rosario.
Seguí a Shock Emprendedor en Instagram para enterarte de los próximos encuentros en Rosario.
Delfina🍊
#HablemosDeMarketing
#MarketingParaTraductores
#orangepower🍊
#orangepowerDMH🍊
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#orangepower🍊
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Delfina Morganti Hernández es creativa publicitaria, traductora, correctora e intérprete de inglés y español, matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ., y miembro activo de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Videojuegos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria y del libro de poemas en español, inglés y francés Las lenguas que me habitan. The languages within me. Les langues dans ma peau. Ha cursado estudios en Letras y durante dos años consecutivos fue community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! Actualmente, continúa especializándose en marketing y realizando las actividades artísticas que fomentan su potencial creativo. >> Más info
A 243 años del nacimiento de la autora británica cuyo talento y vigencia le han valido comparaciones con Shakespeare, además de infinitas reescrituras, fanfiction y adaptaciones cinematográficas, yo la reivindico, como cada año, rerereleyendo sus novelas. Este año, además, aprovecho a comentar el camino por el cual llegué a traducir un ensayo del inglés al español que indaga en la relación literaria entre Mark Twain y Jane Austen.
Corría el año 2011 cuando descubrí el ensayo en inglés de la Prof. Emily Auerbach (Universidad de Wisconsin-Madison, EE. UU.) en Internet. Como no podría ser de otra manera para cualquier lector acérrimo de Austen, el título me generó mucha curiosidad: “A Barkeeper Entering the Kingdom of Heaven”: Did Mark Twain Really Hate Jane Austen?. (Título que, más tarde, traduciría como: “Un tabernero adentrándose en el Reino del Cielo: ¿Es verdad que Mark Twain odiaba a Jane Austen?”). No recuerdo bien qué estaba buscando en la web en ese momento ni por qué apareció su ensayo en los resultados de búsqueda; solo sé que apenas empecé a leerlo, supe que tenía que traducirlo al español.
El pasado martes 18 de septiembre, los alumnos de la carrera de Publicidad del ISET N.º XVIII de Rosario nos inspiramos con un interesante caso de éxito de la mano de Mauro Charvey, director de Lo de granado - Tienda de vinos, y publicista egresado del instituto.
Charvey vino a contarnos sobre los cimientos de la marca, los vaivenes del mercado y cómo las ganas incansables de innovar, sumadas a la visión para remar contra la corriente y a un verdadero espíritu emprendedor —además de un necesario pensamiento estratégico—, pueden llevar al crecimiento exponencial de una marca, incluso si el proyecto arranca con una mínima inversión.
“La charla me resultó muy interesante y útil […] En general, me dejó un saldo positivo. Me inspiró y me motivó para continuar con la carrera”.
—Elina, estudiante de Publicidad de 2.º año
PENSAR EN GRANDE
Andy Stalman, alias Mr. Branding, dice que “El mundo se está moviendo tan deprisa que mientras hay una marca que dice ‘Esto no se puede hacer’, otra ya lo está haciendo”.
Podría decirse que la estrategia de marketing de Lo de granado toma esta premisa como fundamental: a pesar de ser una marca relativamente joven, ya ha cosechado varias historias de éxito gracias a que no teme romper constantemente con los estereotipos de marketing y comunicación publicitaria asociados a las marcas de vinerías en general. En efecto, Lo de granado gusta de apropiarse de estrategias disruptivas que sorprendan tanto a los consumidores objetivo como a la competencia.
“Lo primero que se fijó para la empresa [como meta] fue que nuestra vinoteca no tenía que tener nada en común con lo que pueda tener una [típica] vinoteca”, explicó Charvey. “Nosotros no teníamos que generar algo que ya estuviera inventado. Ya todo el mundo conocía una vinoteca como tal […]” y, si bien “no fue todo como queríamos, se abría un camino que estaba espectacularmente bueno”.
Podría decirse que la estrategia de marketing de Lo de granado toma esta premisa como fundamental: a pesar de ser una marca relativamente joven, ya ha cosechado varias historias de éxito gracias a que no teme romper constantemente con los estereotipos de marketing y comunicación publicitaria asociados a las marcas de vinerías en general. En efecto, Lo de granado gusta de apropiarse de estrategias disruptivas que sorprendan tanto a los consumidores objetivo como a la competencia.
“Lo primero que se fijó para la empresa [como meta] fue que nuestra vinoteca no tenía que tener nada en común con lo que pueda tener una [típica] vinoteca”, explicó Charvey. “Nosotros no teníamos que generar algo que ya estuviera inventado. Ya todo el mundo conocía una vinoteca como tal […]” y, si bien “no fue todo como queríamos, se abría un camino que estaba espectacularmente bueno”.
UN NOMBRE CON HISTORIA
Charvey contó que la razón de ser del nombre de la marca tiene que ver con que él es entrerriano, de Paraná, y cuando fundó Lo de granado en Rosario no lo conocía nadie, por lo que ponerle su propio nombre y apellido a una marca nueva no aportaba gran valor.
El apellido Granado, en cambio, era conocido porque, según cuenta la leyenda, “hace muchos años, había un señor en Fisherton que vendía vinos en unas grandes barricas que tenía en la casa, al lado de una cancha de bochas donde jugaba Menotti. Listo. Era toda la historia que necesitábamos para ponerle un nombre”.
El apellido Granado, en cambio, era conocido porque, según cuenta la leyenda, “hace muchos años, había un señor en Fisherton que vendía vinos en unas grandes barricas que tenía en la casa, al lado de una cancha de bochas donde jugaba Menotti. Listo. Era toda la historia que necesitábamos para ponerle un nombre”.
UNA MARCA QUE SUPERA SUS PROPIAS MARCAS
Uno de los primeros cambios disruptivos que trajo aparejado el surgimiento de Lo de granado en el mercado local tuvo que ver con la denominación: mientras que todas las vinerías se presentaban como vinerías, Lo de granado surgió como la primera “tienda de vinos”.
Entre sus paradigmas, la empresa empezó apuntando a un público con un poder adquisitivo relativamente alto porque “queríamos vender el vino como si fuese un perfume”. Con este objetivo en mente, el equipo eligió ubicar su segundo local en Puerto Norte, cuando Puerto Norte recién comenzaba a aparecer como una zona comercial transitable y potencialmente atractiva en la ciudad.
“Contratamos a una primera sommelière entrerriana y empezamos a generar una segmentación de vinos que no tenían que ver con la alta rotación. Porque todo el mundo vendía etiquetas de alta rotación, [pero] nosotros sabíamos que si queríamos hacer algo distinto, teníamos que buscar algo que sea distinto. El mercado se movía de una determinada manera, pero nosotros queríamos movernos de otra, así que la segmentación nuestra tenía que ser totalmente diferente. Hoy tenemos aproximadamente 1200 etiquetas de vinos distintas”.
Entre sus paradigmas, la empresa empezó apuntando a un público con un poder adquisitivo relativamente alto porque “queríamos vender el vino como si fuese un perfume”. Con este objetivo en mente, el equipo eligió ubicar su segundo local en Puerto Norte, cuando Puerto Norte recién comenzaba a aparecer como una zona comercial transitable y potencialmente atractiva en la ciudad.
“Contratamos a una primera sommelière entrerriana y empezamos a generar una segmentación de vinos que no tenían que ver con la alta rotación. Porque todo el mundo vendía etiquetas de alta rotación, [pero] nosotros sabíamos que si queríamos hacer algo distinto, teníamos que buscar algo que sea distinto. El mercado se movía de una determinada manera, pero nosotros queríamos movernos de otra, así que la segmentación nuestra tenía que ser totalmente diferente. Hoy tenemos aproximadamente 1200 etiquetas de vinos distintas”.
“Me resultó interesante el hecho de crear una marca desde el lado de la publicidad, sin tener demasiado conocimiento al principio en el rubro del producto. Aportó valores que no tenía presentes hasta el momento, como la innovación del producto frente a la competencia y el uso [novedoso] de medios no tradicionales. También el hecho de expandirse en lugares específicos para la captación de un nuevo púbico, con la utilización de videos hablándole tanto al consumidor como a la competencia”.
—Bruno, estudiante de Publicidad de 2.º año
UNA ESTRATEGIA EFICAZ Y DINÁMICA
Gran parte del éxito de Lo de granado tiene que ver con un pensamiento disruptivo que se materializa en estrategias clave para impulsar el cambio y la innovación de manera constante.
Al respecto, Charvey comentó cómo la marca incorporó una segmentación por sicografía y estilos de vida en el marco de un proyecto de geomarketing ligado al shopping Fisherton Plaza.
“Empezamos a asociar nuestro producto con productos similares. Y nos dimos cuenta de que para que nosotros podamos crecer, nuestros productos se iban a vender con otros que estén alrededor nuestro. El tipo que nos viene a comprar a nosotros también compra otras cosas […] El hábito de consumo de nuestro cliente se movía por determinados lugares. Por ejemplo, siempre hay un supermercado cerca de todos nuestros productos, porque el cliente que nos viene a comprar a nosotros deja a la mujer en el súper y se viene a elegir su vino tranquilo [a nuestro local]”.
Otro de los rasgos distintivos de la marca Lo de granado tiene que ver con sus estrategias de fidelización del cliente. La primera consistió en crear un club de socios que hoy cuenta con aproximadamente seiscientos miembros. La segunda estrategia, de suma relevancia para la ventaja competitiva de la marca, es la forma de comunicación que mantiene con sus clientes.
“Nos parecía más que importante que nosotros podamos comunicar de una forma totalmente distinta, desde los eventos, las catas y todo lo que sucediera directamente entre nosotros y nuestro consumidor […] Al punto tal que hay veces en que hacemos hasta dos o tres eventos por semana”, reveló Charvey.
Poco a poco, la estructura empresarial se fue ampliando y el diseño empezó a tener gran incidencia en la imagen corporativa, por lo que la marca también incorporó a un diseñador gráfico y a un fotógrafo para trabajar con perspectiva disruptiva en esta área.
“[Lo de granado] es una marca que hoy genera tendencia. Nosotros siempre trabajamos en anclar nuestro negocio en la comunicación”, contó Charvey al hablar de cómo la empresa siempre busca llevar la delantera en el mercado mediante la puesta en marcha de iniciativas novedosas, difíciles de imitar en el sector de la comercialización de vinos.
“Obviamente que todo es copiable [por la competencia]. Pero nosotros estamos trabajando en correr esa regla todo el tiempo”.
Hoy Lo de granado genera contenidos en varios canales y medios de comunicación, incluyendo historias de bodegueros en formato audiovisual y en primera persona como parte de su estrategia de fidelización. ◘ ◘ ◘
Al respecto, Charvey comentó cómo la marca incorporó una segmentación por sicografía y estilos de vida en el marco de un proyecto de geomarketing ligado al shopping Fisherton Plaza.
“Empezamos a asociar nuestro producto con productos similares. Y nos dimos cuenta de que para que nosotros podamos crecer, nuestros productos se iban a vender con otros que estén alrededor nuestro. El tipo que nos viene a comprar a nosotros también compra otras cosas […] El hábito de consumo de nuestro cliente se movía por determinados lugares. Por ejemplo, siempre hay un supermercado cerca de todos nuestros productos, porque el cliente que nos viene a comprar a nosotros deja a la mujer en el súper y se viene a elegir su vino tranquilo [a nuestro local]”.
Otro de los rasgos distintivos de la marca Lo de granado tiene que ver con sus estrategias de fidelización del cliente. La primera consistió en crear un club de socios que hoy cuenta con aproximadamente seiscientos miembros. La segunda estrategia, de suma relevancia para la ventaja competitiva de la marca, es la forma de comunicación que mantiene con sus clientes.
“Nos parecía más que importante que nosotros podamos comunicar de una forma totalmente distinta, desde los eventos, las catas y todo lo que sucediera directamente entre nosotros y nuestro consumidor […] Al punto tal que hay veces en que hacemos hasta dos o tres eventos por semana”, reveló Charvey.
Poco a poco, la estructura empresarial se fue ampliando y el diseño empezó a tener gran incidencia en la imagen corporativa, por lo que la marca también incorporó a un diseñador gráfico y a un fotógrafo para trabajar con perspectiva disruptiva en esta área.
“[Lo de granado] es una marca que hoy genera tendencia. Nosotros siempre trabajamos en anclar nuestro negocio en la comunicación”, contó Charvey al hablar de cómo la empresa siempre busca llevar la delantera en el mercado mediante la puesta en marcha de iniciativas novedosas, difíciles de imitar en el sector de la comercialización de vinos.
“Obviamente que todo es copiable [por la competencia]. Pero nosotros estamos trabajando en correr esa regla todo el tiempo”.
Hoy Lo de granado genera contenidos en varios canales y medios de comunicación, incluyendo historias de bodegueros en formato audiovisual y en primera persona como parte de su estrategia de fidelización. ◘ ◘ ◘
ENLACES DE INTERÉS

Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire!
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