Por Delfina Morganti Hernández Si trabajás con clientes, a menudo tenés que conversar con ellos, ya sea en persona, por teléfono (incluidos los audios de Whatsapp) o por videollamada. (Por ahora, no contemos tanto los mensajes escritos). Si bien comunicarnos cara a cara es una de las formas más básicas de interacción entre los seres humanos, las conversaciones presenciales no siempre se desarrollan como uno espera. “¿Habré hablado demasiado?”, “¿Lo habré convencido?”, “¿Qué más querrá saber?”, “¿Por qué no me acordé de contarle tal caso de éxito?” y hasta “¿Qué querrá realmente esta persona?” son algunas de las preguntas que me asaltan muchas veces a la salida de una entrevista con un nuevo cliente. Todos alguna vez tuvimos una conversación genial, esa clase de intercambio que nos deja una sensación mitad alivio, mitad alegría de haber generado una buena conexión con el otro, de haber logrado ponerse en sus zapatos y él en los nuestros, de habernos entendido. Sin embargo, a la hora de tratar con posibles clientes, es fácil cometer ciertos “errores” comunicacionales, como anticiparnos a lo que el otro quiere o espera de nosotros sugiriéndole posibles respuestas o, lo que es muy común, hablando más de lo que escuchamos. Una buena conversación es un ida y vuelta en el que cada parte debería poder no solo expresar sus intereses, preocupaciones y puntos de vista, sino también escuchar a la otra y construir una “zona común” basada en la honestidad, la empatía y la confianza para, en el mejor de los casos, establecer algún tipo de vínculo; en este en particular, hablamos de una potencial relación de trabajo. La comunicación mejora cuando escuchás mejorHace poco, en una de esas rondas incesantes que hace YouTube cuando te lleva de un video a otro y vos te dejás llevar, vi una charla TED por Celeste Headlee sobre “Diez reglas para conversar mejor”. Aunque el tema de la escucha real puede parecer pan comido, la verdad es que muchos de nosotros no somos tan buenos interlocutores a la hora de tener conversaciones con los demás. Al entrevistar a un cliente, queremos conocer sus inquietudes, calmar sus ansiedades, responder a todas sus preguntas, ¡que él responda a todas nuestras preguntas!, asegurarle que somos la mejor opción, explicarle por qué, volver a resaltar nuestra ventaja competitiva, satisfacer sus necesidades... La lista es larga, pero, en definitiva, queremos que el cliente perciba nuestro valor agregado, apueste a nosotros y vuelva a elegirnos porque le representamos la solución ideal que toda marca quiere ser para sus clientes. A veces, ya sea por el entusiasmo, los nervios, la adrenalina, la ansiedad, el estrés, el andar a las corridas u otros factores, faltamos sin querer a las reglas básicas para tener una conversación eficaz que redunde en los resultados que ambas partes esperan. Las tres claves para conversar mejor con un cliente potencialLos consejos que recomienda Celeste Headlee en su charla son diez, pero pueden sintetizarse en esta idea clave: para conversar mejor, hay que dejar de lado los pavoneos e inseguridades del propio ego y empezar a escuchar más y mejor al otro. Con esta premisa en mente, comparto tres sugerencias fundamentales para conversar mejor con nuestros posibles clientes: 1. (La evidente) Tenés que estar presente y con todas las luces prendidas, menos con la del celular. Seguro que alguna vez te pasó: mientras hablabas con un vendedor, un mozo, el plomero o un representante de atención al cliente, estas personas estaban teniendo más de una conversación a la vez, a la par de la que tenían con vos. Probablemente lo sentiste como una falta de respeto o de compromiso o, sencillamente, como una falta de atención. Estar realmente presente en la situación comunicativa es fundamental a la hora de conversar con un nuevo cliente (¡y con todos!). Por un lado, porque el multitasking puede causarle una muy mala impresión a ese posible cliente que está ahí porque cree que vos podés ayudarlo a resolver un problema; por otro lado, porque hacer más de una cosa a la vez mientras conversamos con alguien nos obliga a dividir la atención y, como consecuencia, corremos el riesgo de perdernos información valiosa de ese cliente y sus necesidades. Por lo tanto, si querés conversar mejor para conocer mejor a tu cliente, brindale toda tu atención en exclusiva: guardá el celular (si el cliente lo ve, aunque no lo uses, igual es contraproducente); en lo posible, ponelo en modo avión; escuchá a tu interlocutor (no es momento de pensar en la agenda pendiente), y no abuses de la toma de notas. 2. (La incómoda) Quitate el sombrero de encuestador y ponete el de analista. Tal como sugiere Headlee en “Diez reglas para conversar mejor”, si formulás una pregunta complicada, vas a conseguir una respuesta simple, ya sea afirmativa o negativa. Por ejemplo, si le preguntás a tu posible cliente: “¿Usted cree que X idea sería buena/contraproducente/directamente inviable?”, lo obligás a elegir entre opciones predeterminadas y a responder con un sí o un no y listo. Como en una encuesta. Pero ¿qué sentido tiene hacer una entrevista cara a cara si vas a preguntar con opciones? Más vale reformular esa pregunta diciendo: “¿Y a usted qué le parece X idea? ¿Qué resultados puede prever? ¿Cuál es su percepción sobre tal cosa?”. Dejar la respuesta a discreción del cliente —en lugar de ofrecerle alternativas al estilo multiple choice— puede dar lugar a respuestas mucho más interesantes y esclarecedoras. Steve Jobs decía que, muchas veces, los consumidores no saben lo que quieren hasta que lo ven. Pero no hay que subestimar al otro: si escuchamos más y mejor a nuestros clientes, probablemente sepamos con mayor precisión qué es lo que quieren y, de ese modo, estaremos mejor informados para armar una propuesta, diseñar un producto u ofrecer un servicio justo a la medida de sus necesidades reales (y no las que nosotros suponemos que tienen). 3. (La mejor) Hablá menos, escuchá más y hacé que te quieran. En la charla TED sobre cómo mejorar nuestras conversaciones, Headlee trae a colación el típico caso del entrevistador que va sacando de la galera distintas preguntas sin tomar en cuenta las respuestas del entrevistado ni participar realmente en una conversación con su interlocutor. Este es un ejemplo muy común de lo cómodo pero inútil que puede resultar seguir un guion preestablecido a la hora de encarar una interacción en persona. El problema de no escuchar al otro radica en que no llegamos a conversar con él, y si no logramos interactuar de verdad con el cliente, ¿cómo se supone que vamos a ofrecerle las soluciones que busca? Headlee también cita al terapeuta M. Scott Peck, quien dijo que “la escucha sincera requiere de ponerse uno mismo a un lado”. A veces eso implica dejar de lado las opiniones personales. Según Scott Peck, cuando un hablante siente que su interlocutor está dispuesto a escucharlo a él —en vez de hacer un monólogo de ventas—, tiende a soltarse más y a “abrir sus represiones interiores al que escucha”. En definitiva, si escuchamos mejor, generamos más y mejores oportunidades de conocer al cliente y saber qué necesita, y de qué manera podemos presentar nuestro producto o servicio para demostrar que puede satisfacer esas necesidades. Bocaditos para la entradaPor último, cuando se trata de formular preguntas a nuestro interlocutor, Headlee recomienda adoptar el enfoque de la pirámide invertida que usan los periodistas para redactar una noticia: quién, qué, cuándo, dónde, por qué, cómo. Si bien ella está pensando en las conversaciones en general, podemos extrapolar esta recomendación al mundo de los negocios durante una entrevista con un posible cliente: ¿Quién es su empresa?/¿En qué consiste el proyecto? (Apunta a conocer la identidad de la marca o proyecto, su misión y visión, para ponernos la camiseta del caso con las debidas coordenadas contextuales). ¿Qué busca/qué espera de nosotros? (Apunta a conocer las necesidades, preocupaciones y expectativas generales del cliente para que podamos generar una propuesta que las aborde en detalle). ¿Cuándo espera que podamos ofrecer esa solución? (Apunta a conocer las expectativas relacionadas con los plazos de entrega para dar lugar a la coordinación y negociación con el cliente). ¿Dónde espera aplicar la solución? (Apunta a conocer los usos que el cliente desea o planea darle a nuestro producto o servicio para reforzar las expectativas vigentes y dar lugar a destacar otros usos o beneficios posibles a corto, mediano o largo plazo [preparar el terreno para una nueva propuesta o venta]). ¿Por qué necesita esta solución?/¿Por qué cree que redundará en beneficios para su empresa, proyecto o emprendimiento? (Apunta a conocer el motivo que da origen a la búsqueda por parte del cliente de una solución que nosotros podemos ofrecer y nos permite explicar nuestra ventaja competitiva o por qué nosotros somos la mejor opción frente a la competencia). ¿Cómo espera recibir la solución? (Apunta a conocer los medios, formatos, características, etc. del producto o servicio en función de los requisitos del cliente). Y vos, ¿qué habilidades interpersonales |
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Por Delfina Morganti Hernández
A menudo los traductores nos definimos (y aceptamos que nos definan) con metáforas y comparaciones que apelan a ciertos estereotipos generalizados de lo que es y lo que hace un traductor. Así, desde el sentido común, somos intermediarios, mensajeros, puentes entre culturas. ¿Qué hacemos? Trasladamos, transcribimos, trasvasamos, conectamos, intercambiamos, llevamos de un lado al otro. Pero ¿es así?
Y… ¿solo hacemos eso, pasar de A a B?
Si sos traductor y alguna vez tuviste que presentarte frente a alguien que no solo no te conocía a vos, sino tampoco a tu profesión, probablemente te haya pasado recibir estas preguntas...
Por Delfina Morganti Hernández
A menudo los traductores técnicos nos ponemos muy creativos.
Por Delfina Morganti Hernández
Hace 41 años, cuando Victoria Ocampo reunió a un prestigioso grupo de reconocidos traductores y escritores para el famoso número de SUR “Problemas de la traducción”, la escritora y traductora del francés no se equivocó al enunciar una frase que todavía hoy tiene vigencia y merece su reivindicación: “Para elevar el nivel del traductor hacen falta dos cosas: que el traductor tome conciencia de la seriedad de trabajo y sepa que una buena traducción no se consigue sin preparación y esfuerzo; que el editor tome conciencia de su deber de remunerar esa tarea adecuadamente […] Es un oficio (o profesión) que ha de tomarse en serio, y es un oficio (o profesión) que ha de pagarse como lo merece” (Ocampo, 1976: 17). La atractiva construcción que titula el texto completo de Ocampo no pasa inadvertida: “Un asunto de suma importancia: la traducción”.
Hoy, en el Día Internacional de la Traducción, rindamos homenaje a todos los colegas de todos los tiempos que han hecho y hacen posible que lectores, espectadores y oyentes puedan acceder a textos provenientes de culturas ajenas; gracias a la labor benefactora de los traductores, esos textos pasan a integrar el círculo virtuoso de la producción y reconstrucción constante de conocimiento en infinitos campos de diversa índole.
En homenaje, entonces, a todos los traductores, comparto un fragmento de un artículo que escribí el año pasado para presentar en las V Jornadas Estudiantiles de Letras “Cuando escribir es investigar” (debajo de la imagen está el enlace de descarga del texto completo):
Hoy, en el Día Internacional de la Traducción, rindamos homenaje a todos los colegas de todos los tiempos que han hecho y hacen posible que lectores, espectadores y oyentes puedan acceder a textos provenientes de culturas ajenas; gracias a la labor benefactora de los traductores, esos textos pasan a integrar el círculo virtuoso de la producción y reconstrucción constante de conocimiento en infinitos campos de diversa índole.
En homenaje, entonces, a todos los traductores, comparto un fragmento de un artículo que escribí el año pasado para presentar en las V Jornadas Estudiantiles de Letras “Cuando escribir es investigar” (debajo de la imagen está el enlace de descarga del texto completo):
toda_la_literatura_es_producto_de_la_traducción_morganti_hernández_delfina.pdf | |
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¡Feliz Día Internacional de la Traducción!
¡Feliz Día del Traductor!
Delfina Morganti Hernández es escritora, comunicadora publicitaria, traductora e intérprete de inglés y español, matriculada en el Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe, 2.ª Circ., y miembro activo de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Escribe, traduce y corrige textos sobre marketing y publicidad, recursos humanos, videojuegos y educación. Es autora del ebook sobre traducción literaria: Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria y del libro de poemas Las lenguas que me habitan. The languages within me. Les langues dans ma peau. Ha cursado estudios en Letras y Publicidad, y se desempeña como creadora de contenidos para el programa de radio online Traductores, al aire. Actualmente, continúa especializándose en marketing estratégico y digital, realizando las actividades artísticas que nutren su potencial creativo y participando en contenidos colaborativos con otros comunicadores como Hablemos de marketing y Generistas. >> Más info
Córdoba fue sede del primer Congreso Latinoamericano de la Industria de la Traducción (CLINT) 2017
24/9/2017
Por Delfina Morganti Hernández
El primer congreso latinoamericano con un enfoque en la industria de la traducción tuvo lugar en Argentina y fue todo un éxito.
Los días 5 y 6 de agosto participé en calidad de oradora del I Congreso Latinoamericano de la Industria de la Traducción (Córdoba, Argentina), un espacio de capacitación profesional, marketing y networking que convocó a más de 200 disertantes y asistentes locales e internacionales.
La organización de este megaevento estuvo a cargo de Translated in Argentina, tuvo lugar en el vasto campus de la Universidad Siglo 21 de Córdoba Ciudad y vivi contó con la presencia de reconocidas personalidades de la industria a nivel nacional e internacional, como el traductor y comunicador Xosé Castro Roig (España), el experto en marketing y ventas Renato Beninatto (Brasil), la experta en administración y marketing en localización Jessica Rathke (Inglaterra) y la consultora especializada en ventas en el sector de la traducción y localización Anne Marie Colliander Lind (Suecia), entre otros disertantes de lujo.
La audiencia del CLINT estuvo integrada por colegas traductores, intérpretes y docentes, y por muchísimos graduados recientes y estudiantes que están cursando los últimos años del Traductorado en distintos idiomas, mayormente en inglés.
La organización de este megaevento estuvo a cargo de Translated in Argentina, tuvo lugar en el vasto campus de la Universidad Siglo 21 de Córdoba Ciudad y vivi contó con la presencia de reconocidas personalidades de la industria a nivel nacional e internacional, como el traductor y comunicador Xosé Castro Roig (España), el experto en marketing y ventas Renato Beninatto (Brasil), la experta en administración y marketing en localización Jessica Rathke (Inglaterra) y la consultora especializada en ventas en el sector de la traducción y localización Anne Marie Colliander Lind (Suecia), entre otros disertantes de lujo.
La audiencia del CLINT estuvo integrada por colegas traductores, intérpretes y docentes, y por muchísimos graduados recientes y estudiantes que están cursando los últimos años del Traductorado en distintos idiomas, mayormente en inglés.
Por qué fue una experiencia fructífera
Asistir a este megacongreso de la industria de la traducción fue muy enriquecedor por varios motivos, algunos de los cuales aprovecho para compartir en esta nota:
1) El enfoque de “industria” implicó que muchas de las charlas hicieran hincapié en aspectos clave relacionados con tips de marketing para traductores y empresas de traducción, eje que cruzó prácticamente todas las disertaciones, no solo un par, y que, para mí, como traductora emprendedora y actual estudiante de Publicidad, resultó un atractivo fundamental.
2) El CLINT fue una excelente oportunidad para fraternizar con colegas de otras partes del país y del mundo, y también para reencontrarme con asistentes de Rosario que, para mi sorpresa, no fueron pocos y, muchos de ellos, son graduados recientes, lo que demuestra que hay un interés y una demanda reales con respecto a este tipo de eventos, que no solo suman capacitación profesional, sino que ofrecen un espacio diferente para interactuar con posibles clientes, colaboradores, etc.
3) Pude hacer networking casi sin darme cuenta (el ambiente durante los coffee-breaks y los almuerzos era tan distendido que un momento estaba hablando de qué cené ayer, al siguiente alguien me preguntaba por mis áreas de trabajo y, unos segundos después, alguien me pedía una tarjeta); cada intervalo de receso estaba tan bien organizado que había tiempo real para hacer networking, además de recuperar fuerzas con algún refresco o disfrutando de los espacios verdes del campus que, por cierto, era inmenso.
4) ¡La comida era supervariada, fresca, exquisita y natural! (Cabe destacar que, aunque algunos podrían considerarlo una nimiedad, el alimento no es un detalle menor, sobre todo cuando uno tiene que mantener la atención durante casi 12 horas, por más de un día consecutivo. La ingesta de alimentos saludables que nos reanimen cada ciertos intervalos es tan importante como beber agua u otras infusiones, ya que, de lo contrario, el organismo acusa fatiga más rápido, tendemos a perder la concentración y, en casos extremos, podríamos deshidratarnos. Si te interesa ahondar en el tema, te recomiendo este artículo escrito por la traductora Marie Jackson: “Drinking water: a free and easy tip to boost your business productivity”.
5) ¡Pude recorrer varios lugares de Córdoba capital una vez más! Ya había estado en la ciudad durante el congreso de la FAT [Federación Argentina de Traductores] en 2015 y me había encantado, así que tenía muchas ganas de volver este año, y el CLINT fue la "excusa” perfecta: los viajes que combinan de capacitación profesional + un tiempo de recorrido turístico son mis favoritos.
1) El enfoque de “industria” implicó que muchas de las charlas hicieran hincapié en aspectos clave relacionados con tips de marketing para traductores y empresas de traducción, eje que cruzó prácticamente todas las disertaciones, no solo un par, y que, para mí, como traductora emprendedora y actual estudiante de Publicidad, resultó un atractivo fundamental.
2) El CLINT fue una excelente oportunidad para fraternizar con colegas de otras partes del país y del mundo, y también para reencontrarme con asistentes de Rosario que, para mi sorpresa, no fueron pocos y, muchos de ellos, son graduados recientes, lo que demuestra que hay un interés y una demanda reales con respecto a este tipo de eventos, que no solo suman capacitación profesional, sino que ofrecen un espacio diferente para interactuar con posibles clientes, colaboradores, etc.
3) Pude hacer networking casi sin darme cuenta (el ambiente durante los coffee-breaks y los almuerzos era tan distendido que un momento estaba hablando de qué cené ayer, al siguiente alguien me preguntaba por mis áreas de trabajo y, unos segundos después, alguien me pedía una tarjeta); cada intervalo de receso estaba tan bien organizado que había tiempo real para hacer networking, además de recuperar fuerzas con algún refresco o disfrutando de los espacios verdes del campus que, por cierto, era inmenso.
4) ¡La comida era supervariada, fresca, exquisita y natural! (Cabe destacar que, aunque algunos podrían considerarlo una nimiedad, el alimento no es un detalle menor, sobre todo cuando uno tiene que mantener la atención durante casi 12 horas, por más de un día consecutivo. La ingesta de alimentos saludables que nos reanimen cada ciertos intervalos es tan importante como beber agua u otras infusiones, ya que, de lo contrario, el organismo acusa fatiga más rápido, tendemos a perder la concentración y, en casos extremos, podríamos deshidratarnos. Si te interesa ahondar en el tema, te recomiendo este artículo escrito por la traductora Marie Jackson: “Drinking water: a free and easy tip to boost your business productivity”.
5) ¡Pude recorrer varios lugares de Córdoba capital una vez más! Ya había estado en la ciudad durante el congreso de la FAT [Federación Argentina de Traductores] en 2015 y me había encantado, así que tenía muchas ganas de volver este año, y el CLINT fue la "excusa” perfecta: los viajes que combinan de capacitación profesional + un tiempo de recorrido turístico son mis favoritos.
Mi charla sobre las 3 P: proactividad, profesionalismo y productividad
Alguien dijo una vez que cada trabajo que hacemos es un autorretrato de nuestra persona, ¿así que por qué no firmarlo con la mejor calidad posible?
Los que sabemos de marketing para traductores decimos que eso de vendernos por la “calidad” no nos da una ventaja competitiva ante los ojos del cliente, porque se supone que todos los traductores profesionales podemos ofrecer ese requisito mínimo y básico para cualquier producto o servicio que pretendemos vender. Sin embargo, más allá de la calidad en términos lingüísticos, creo que existen distintos niveles de calidad en cuanto a los vínculos profesionales que forjamos con nuestros colegas, sobre todo si parte de nuestro flujo de trabajo consiste en trabajar en red y a distancia con coordinadores de proyectos (o “PM”), traductores, revisores, correctores y diseñadores, por nombrar algunos integrantes clave de la cadena de producción en nuestro sector.
Así que considerando que el CLINT era un congreso centrado en el concepto de la traducción como industria, titulé mi propuesta: “Proactividad. Profesionalismo. Productividad. Tres claves para trabajar en equipos lingüísticos y no morir (ni matar) en el intento” (mirá el video promocional).
A partir de un recorrido por los puntos débiles y las fortalezas que tienden a demostrar tanto los traductores y revisores autónomos como los coordinadores de proyectos, abordé tres estrategias clave orientadas a mejorar el desempeño de cada participante en particular y a optimizar el ciclo de entregas internas del proyecto, desde el punto de vista de la división del trabajo en el mercado de la traducción.
Los que sabemos de marketing para traductores decimos que eso de vendernos por la “calidad” no nos da una ventaja competitiva ante los ojos del cliente, porque se supone que todos los traductores profesionales podemos ofrecer ese requisito mínimo y básico para cualquier producto o servicio que pretendemos vender. Sin embargo, más allá de la calidad en términos lingüísticos, creo que existen distintos niveles de calidad en cuanto a los vínculos profesionales que forjamos con nuestros colegas, sobre todo si parte de nuestro flujo de trabajo consiste en trabajar en red y a distancia con coordinadores de proyectos (o “PM”), traductores, revisores, correctores y diseñadores, por nombrar algunos integrantes clave de la cadena de producción en nuestro sector.
Así que considerando que el CLINT era un congreso centrado en el concepto de la traducción como industria, titulé mi propuesta: “Proactividad. Profesionalismo. Productividad. Tres claves para trabajar en equipos lingüísticos y no morir (ni matar) en el intento” (mirá el video promocional).
A partir de un recorrido por los puntos débiles y las fortalezas que tienden a demostrar tanto los traductores y revisores autónomos como los coordinadores de proyectos, abordé tres estrategias clave orientadas a mejorar el desempeño de cada participante en particular y a optimizar el ciclo de entregas internas del proyecto, desde el punto de vista de la división del trabajo en el mercado de la traducción.
La voz de las musas durante el #CLINT2017
“El traductor tiene que ser como el mercado bursátil: debe estar oliendo el aire para saber cuál es la tendencia y revertir el argumento”.
Dado que el CLINT tenía una impronta bastante marketinera, no faltaron los oradores que compartieron frases memorables para que salieras del auditorio supermotivado y listo para redefinir tu estrategia de venta. A continuación cito las que llegué a apuntar en el momento:
“Cuando se quejen de cómo está el mercado ahora, piensen cómo estábamos en los 90, cuando no teníamos Internet y no podíamos trabajar para cualquier parte del mundo”. Xosé Castro Roig
“Súbanse a hombros de gigantes y busquen modelos de inspiración de éxito”. Xosé Castro Roig
“Cuando piensen en una idea loca para buscar clientes, consideren cuánto tiempo voy a invertir en esto y cuál es el rédito si tiene éxito”. Xosé Castro Roig
“La gente lee cosas, nosotros escrutamos. La gente ve, nosotros observamos. La gente oye, nosotros escuchamos”. Xosé Castro Roig
“Hagan que los clientes los conozcan, no solo un coordinador de proyectos”. Anne Marie Colliander Lind
“El traductor tiene que ser como el mercado bursátil: debe estar oliendo el aire para saber cuál es la tendencia y revertir el argumento”. Xosé Castro Roig
“Cuando se quejen de cómo está el mercado ahora, piensen cómo estábamos en los 90, cuando no teníamos Internet y no podíamos trabajar para cualquier parte del mundo”. Xosé Castro Roig
“Súbanse a hombros de gigantes y busquen modelos de inspiración de éxito”. Xosé Castro Roig
“Cuando piensen en una idea loca para buscar clientes, consideren cuánto tiempo voy a invertir en esto y cuál es el rédito si tiene éxito”. Xosé Castro Roig
“La gente lee cosas, nosotros escrutamos. La gente ve, nosotros observamos. La gente oye, nosotros escuchamos”. Xosé Castro Roig
“Hagan que los clientes los conozcan, no solo un coordinador de proyectos”. Anne Marie Colliander Lind
“El traductor tiene que ser como el mercado bursátil: debe estar oliendo el aire para saber cuál es la tendencia y revertir el argumento”. Xosé Castro Roig
Reviví los mejores momentos del CLINT 2017 en los medios sociales
Si fuiste parte del evento o querés saber más, podés buscar el hashtag #CLINT2017 en Facegook y en Twitter, y enterarte de todo lo que hicimos durante el congreso: charlas, entrevistas, presentaciones, fotos, videos y mucho más.
Mi cobertura del evento en redes: te dejo dos enlaces, uno a un breve video que filmé mientras disertaba Xosé Castro y otro con el álbum que armé después del CLINT en mi página de Facebook. ¡Imperdibles!
Si sos traductor emprendedor o aspirás a serlo, yo te recomiendoeste video, un simulacro de interacción traductor-cliente muy pero muy real.
Mi cobertura del evento en redes: te dejo dos enlaces, uno a un breve video que filmé mientras disertaba Xosé Castro y otro con el álbum que armé después del CLINT en mi página de Facebook. ¡Imperdibles!
Si sos traductor emprendedor o aspirás a serlo, yo te recomiendoeste video, un simulacro de interacción traductor-cliente muy pero muy real.
¡Nos vemos en el próximo CLINT!
*Fotos: gentileza de Translated in Argentina
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