Por Delfina Morganti Hernández Hace más de un año, durante la semana del 21 al 28 de abril de 2017, tuve el gustazo de participar —previa selección con pruebas, me honra decirlo— de la tercera edición de la Escuela de Otoño de Traducción Literaria (EOTL) en Buenos Aires. No estaba sola: en total, fuimos diecisiete los traductores, escritores o estudiantes de Traducción, Letras y áreas afines que quedamos seleccionados para formar parte de esta maravillosa e inolvidable experiencia de inmersión absoluta en el mundo de las letras. A modo de contexto, la EOTL es una iniciativa conjunta de las traductoras y docentes Lucila Cordone, Estela Consigli y María Laura Ramos del IES en Lenguas Vivas “Juan R. Fernández”, en el marco del proyecto “Open World Research Initiative” (OWRI), y cuenta con el aval y patrocinio de varias instituciones nacionales e internacionales, como la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes (AATI), el British Centre for Literary Translation (BCLT) y la University of East Anglia (UEA), entre otras. El último día de actividades de la Escuela de Otoño de Traducción Literaria, tuve la feliz oportunidad de entrevistar cara a cara a uno de los colegas que participó de esta experiencia: Julián A. Sosa. * * * Nos sentamos sobre el borde de un cantero de plantas que hay en el patio del IES en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”. Como en el instituto coexisten tres niveles educativos (primario, medio y superior), no nos extrañó que, justo en ese momento, que era pleno mediodía de un viernes de otoño, los más chicos estuvieran en... recreo. De modo que, a pesar de estar al aire libre, la música de fondo eran claros gritos de popa; risas de escondida; el reguetón que, con eco, salía sin escrúpulos de unos parlantes cercanos, y correteos caprichosos por todo el lugar. Por supuesto, esto no era una ventaja para la entrevista que planeaba grabar con mi celular común y corriente. Sin embargo, ahí nos quedamos y la grabación salió bastante bien (salvo, claro, por alguna que otra interrupción de ese ruido de fondo). Por entonces, Julián contaba veintidós años de edad, estaba a punto de cumplir veintitrés y, cuando le pedí que se presentara en voz alta para el público lector de esta entrevista, lo hizo así: “Mi nombre es Julián Alejo Sosa. Soy de Lanús, Buenos Aires. Estudio Traductorado Público de Inglés en la UNLA [Universidad de Lanús] y ahora estoy haciendo las prácticas preprofesionales para poder tener el título de traductor técnico y, más adelante, el de traductor público”. * * * Luego de pedirle algunos datos interesantes para incluir en la ficha del perfil del entrevistado, comencé con la artillería pesada: las preguntas sobre traducción literaria. Pero, como Julián es una persona muy amena, la entrevista enseguida se transformó en un intercambio, un diálogo sumamente enriquecedor y lleno de detalles muy interesantes para quienes aspiramos a trabajar como traductores literarios en el corto plazo. D: ¿Tenés algún traductor que admires o de referencia? J: Me gusta mucho [Miguel Ángel] Montezanti. Tradujo varias obras de Shakespeare al español. Lo tuvimos en varias jornadas de la UNLA y me gustaban mucho las propuestas que hacía. Me acuerdo una ahora sobre el verbo lie, que en inglés tiene dos significados: por un lado, “mentir” y, por otro, “recostarse”. Shakespeare la usaba de manera ambigua, y me gustó mucho la solución que había propuesto Montezanti. Era algo como “recostarse en la mentira”, algo así. Me resultó muy interesante. D: ¿Qué títulos has traducido hasta el momento de inglés a español? J: Hasta ahora, traduje literatura juvenil. Hay tres obras que ya están publicadas. La primera fue de un autor que se llama Jay Asher. Quizá lo conocen por la serie nueva de Netflix, “13 Reasons Why” (Por trece razones). Él escribió el libro que motivó la realización de esa serie. Y el libro que traduje yo se llama What light en inglés que yo opté por traducirlo por Noche de luz. Fue un problema de traducción ese título… Ese fue el primer libro que traduje. Después, siguió Naomy and Ely’s No Kiss List (La lista de no besar de Naomi y Ely) que tiene la misma estética de literatura juvenil, pero esta novela apunta a un público un poco más grande: dieciséis, dieciocho años... veinte, quizá, y más también. Tenía un vocabulario un poco más fuerte, los personajes insultaban más. Había mucho slang, muchas referencias culturales. Fue uno de los libros que más me costó traducir, justamente por eso. Lo interesante era que cada capítulo estaba narrado desde el punto de vista de un personaje distinto. O sea que, a cada rato, tenías que cambiar la voz. Tenías que encontrarle la esencia al personaje que estaba narrando esa parte. Me acuerdo de uno que se llamaba Robin, que era un típico estudiante de universidad drogadicto. En inglés, el capítulo de Robin estaba escrito todo en un mismo párrafo. No había separación, la puntuación era muy confusa. Las comas estaban mal puestas también. Todo eso lo tuve que mantener, pero de cierto modo: alguna que otra corrección de cosas muy graves tuve que hacer quizás. No recuerdo una puntual ahora. Pero ese recurso lo tuve que mantener porque explicaba mucho la esencia del personaje. No podía separar en párrafos o hacer que ese personaje escribiera ultrabien porque no era así. No era su forma de hablar; la cosa era que hablara tropezándose. Ese fue el segundo libro que traduje. Y el último que salió, que se llama House of Furies (La Mansión de las Furias), es de la escritora Madeleine Roux. Salió la traducción ahora hace poco, la presentaron en la Feria del Libro, ayer o antes de ayer [la entrevista la hicimos el 28 de abril]. Y, el 13 de mayo, si mal no recuerdo, va a venir la autora a la Feria del Libro. D: ¿Vas a ir a conocer a la autora? ¿Tenés algo pautado con la editorial para entrevistarla más allá de lo que sea el evento público? J: Sí, el equipo de la editorial me dijo que la tengo que ir a conocer. D: ¿La tenés que ir a conocer? J: Sí, la tengo que ir a conocer, I have to [risas]. D: ¡Qué lindo, qué bueno! J: Va a estar bueno. Va ser una experiencia muy fructífera. [Hace poco le consulté a Julián qué tal estuvo ese momento en que él, como traductor, conoció a la autora del libro que tradujo y esto es lo que me contó: “Al final, no hubo encuentro privado con la autora más allá de la feria del libro. Tenía una disponibilidad muy acotada, por lo que decidieron centrar su atención en la promoción del libro principalmente en medios como YouTube, mediante entrevistas con YouTubers y BookTubers. Igualmente, tuve oportunidad de conocerla y saludarla en persona, incluso de decirle que yo era el traductor, a lo que se mostró sorprendida y con muchas ganas de hablar, pero al ser en medio del tumulto de la Feria del Libro durante la firma de autógrafos, no pudimos interactuar mucho. Como te imaginarás, tenía poco tiempo y mucha cantidad de fans que querían tener su autógrafo y foto”]. D: ¿Tenés preparada alguna pregunta? J: No, pero quizás le consulte algo en referencia al libro. Quizás algo de terminología, puede ser. D: Este último libro salió ahora, ¿y el anterior que me comentabas (La lista de no besar de Naomi y Ely)? ¿Cuándo salió publicado? J: Salió para San Valentín, si mal no recuerdo. D: Este año. J: Sí, este año. D: O sea que estás de libro en libro, ¿no? J: Sí. Me están mandando bastante seguido, por suerte. La editorial se llama V&R y ahora lanzó un nuevo sello: V&R YA o V&R Young Adults. D: ¿Se centra en literatura juvenil? J: Sí, principalmente sí. Y ahora estoy traduciendo otro libro también para ellos, que me está generando más que algún que otro problema [risas]. Es un libro que ya salió: la autora escribió el libro y lo lanzó como una versión para adultos, y después relanzó una versión adaptada para young readers, para jóvenes. Le cambió algunas cosas [Mientras transcribía esta primera parte de la entrevista, retomé el contacto con Julián para pedirle que me dijera el nombre del libro y la traducción: “El libro original se llama The Distance Between Us de Reyna Grande, y en español quedó como La distancia entre nosotros. Es un libro que salió a la venta a principio de este año. La edición está muy linda y la historia fue de lo más fuerte y conmovedor que me tocó trabajar”]. D: ¿Y vos leíste los dos libros fuente? J: No, solo el que tengo que traducir. No quiero tampoco dejarme influenciar por el otro e incurrir en plagio, quizás, sin quererlo [risas]. Además, el otro libro lo lanzó otra editorial y cada una tiene su propia marca en sí. Resumiendo la historia del libro, es una especie de autobiografía. Una memoir, un recuerdo de la autora de cuando ella era chica. Cuenta la experiencia de cómo fue irse a vivir a Estados Unidos siendo ella de origen mexicano. D: Qué interesante, ¿no? J: Y es interesante desde el punto de vista del lenguaje porque ella escribe en inglés, pero, nos lleva a una época en que ella no hablaba inglés. Ella solo hablaba español cuando era chica. Y el libro está todo escrito en inglés. El problema que se me genera es cuando ya es más grande, cuando cruza a los Estados Unidos, y empieza a haber estos problemas de que antes me venía hablando en inglés, ¿pero ahora resulta que no hablaba inglés? Es raro. Tenés que pensar el libro como si ella solo supiera español. Y la problemática que tiene es que se encuentra con el inglés y no lo entiende. Por ejemplo, tiene problemas a la hora de formular oraciones en inglés. Eso también va a ser un tema reflejarlo en español. Muchas veces hay párrafos en los que ella lo explica; o sea, en el libro original, explica por qué una determinada frase está mal dicha. Ella dice, por ejemplo, “my feet finger”, cuando, en realidad, debería decir “toe” [ver fragmento en cuestión al final de esta primera parte de la entrevista(1)] (el personaje se había golpeado el dedo del pie). Ahí, el profesor, en la novela, la corrige. Entonces, ella explica: “En español tenemos una sola palabra para esa parte del cuerpo, que es dedo”. D: Es muy difícil traducir eso. J: Y, es muy difícil traducirlo. D: Es como que hay que traducir la traducción: el encuentro entre lenguas y las diferencias. J: Sí. Seguramente voy a tener que recurrir a alguna nota. Porque siento que es necesario dejarlo en inglés… O quizás dejar la frase en inglés y explicar por qué finger y por qué toe. Así, como ese, había otros problemitas más que surgieron. D: ¿Y los plazos de entrega suelen permitir cierto tiempo de investigación, de lectura del texto fuente? ¿Traducís a medida que vas leyendo? ¿O leés el libro completo antes? J: A mí me gustaría poder leer el original antes y traducir después. Lo hice con La lista de no besar. Ese lo leí, pero sentía que lo leía muy a las apuradas y, a veces, no me quedaba tanto [la idea] de la trama y la historia de los personajes. [Como en cada capítulo hablaba un personaje distinto], se me hacía difícil diferenciar a cada uno. Había muchas voces juntas. Por eso, decidí traducir el libro a medida que lo voy leyendo: leo y voy traduciendo. A veces, no es lo recomendable hacer así. Con el primer libro que traduje [Noche de luz] me pasó que [en la narración se] hacía referencia a cosas que venían más adelante. En ese caso, tenés que identificar cuando el narrador hace referencia a algo que va a ocurrir. Por ejemplo, en una escena, un chico había invitado a la protagonista a hacer algo. Ese algo no quedaba muy en claro con las palabras en sí. Por eso, tenía que saber qué era exactamente. Entonces, dejé de traducir, leí más adelante qué era lo que iban a hacer [los personajes] y ahí recién pude retomar la traducción con un término adecuado para lo que iban a hacer. [Se escucha un grito de fondo en el patio del Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández. Una voz masculina acaba de gritar: “¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!”] D: [en broma] Ese fue un lector que se está quejando de lo que hiciste en la traducción me parece. J: [risas] Puede ser. [Pausa] Y con respecto a los plazos, en general, me dan dos meses para traducir. D: ¿Dos meses para traducir cuatrocientas páginas? J: Trescientas aproximadamente. D: ¿Y estás cómodo con ese plazo? J: Sí. D: ¿O sentís que tenés que correr? Porque a la par estás estudiando y tenés tus proyectos de música… J: Mirá, [con el libro que estoy traduciendo ahora], siento que estoy un poco a las apuradas. Porque, a la vez, estoy haciendo las prácticas en la universidad. D: Y estás participando en la Escuela de Otoño… J: Y la Escuela de Otoño de Traducción Literaria. Siento que estoy un poquito apurado. Pero, por lo general, me parece bien dos meses para trescientas y pico de páginas. Aparte, suelen ser flexibles desde la editorial. A veces, se pueden estirar una semana más. A mí una semana más me resirve. Por más que parezca poco, te sirve mucho. Y eso está bueno, que sean flexibles. * * * Aquí es cuando empezamos a sentir un ruido como de taladro eléctrico en el patio del Lenguas Vivas, pero, lejos de amedrentarme, ese ruido me envalentonó para elevar un poquito la voz y seguir con esta fascinante entrevista cara a cara a Julián A. Sosa, un joven traductor literario de carne y hueso. Mientras sigo transcribiendo los audios, te invito a leer más detalles sobre lo que fue la Escuela de Otoño de Traducción Literaria 2017 en la sección de artículos de interés más abajo. Por último, podés informarte sobre el proyecto de ley Unicaba que pretende cerrar los institutos de formación docente de la Ciudad de Buenos Aires y cómo podés hacer para apoyar la petición a favor de la continuidad de estas prestigiosas instituciones que, entre otras cosas, hacen posible que existan iniciativas de formación profesionalizante en el país como es la Escuela de Otoño de Traducción Literaria del IES en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”. ◘ ◘ ◘ Referencias(1) Acerca del juego de palabras citado por el entrevistado de The Distance Between Us (Reyna Grande); en español, La distancia entre nosotros: Texto fuente en inglés I took a deep breath and answered in English as best as I could, “Yes, teacher. I just hurt my big finger.” I limped to an empty chair and sat, feeling proud of myself for answering him in his own language. “Your big finger?” he asked. All the students were looking at me weird. “Oh, you mean your big toe!” he said, and laughed. Everyone else laughed with him. “You don’t have fingers on your feet,” he gently explained. “You have toes.” I wanted to slap myself because I should have known that. I’d learned body parts at Aldama. It’s just that sometimes I still forgot things like that. In Spanish there is only one word for finger or toe, so you don’t have to worry about whether your “dedo” is on your feet or hands. Why did English have to be so complicated? Traducción al español por Julián A. Sosa Respiré hondo y le contesté en inglés lo mejor que pude. –Sí, profesor. Me lastimé mi big finger –caminé hacia una silla y me senté, orgullosa de haberle contestado en su propio idioma. –¿Big finger? –preguntó, confuso. Todos los estudiantes se quedaron mirándome raro–. ¡Oh, quieres decir tu big toe! Al entender lo que quise decir, comenzó a reír y el resto de los estudiantes lo acompañaron. –Uno no tiene fingers en los pies –me explicó amablemente–. En los pies tienes toes. Quería golpearme a mí misma porque era algo que debería haber sabido. En Aldama había aprendido todas las partes del cuerpo. Es que solo, a veces, olvido este tipo de cosas. En español solo hay una palabra para “finger” y “toe”, no tienes que preocuparte si “dedo” se refiere al pie o a la mano. ¿Por qué el inglés tiene que ser tan complicado? Más sobre la EOTL 2017¦ Entrevista al traductor literario Julián Sosa, parte 2 ¦ Un lugar llamado Destino ¦ Yo vine a matar al autor ¦ Crónica en colaboración con el boletín oficial de la AATI, Calidoscopio abril-mayo 2017 (acceder al boletín completo) Delfina Morganti Hernández es escritora, comunicadora publicitaria, traductora e intérprete de inglés y español, matriculada en el Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe, 2.ª Circ., y miembro activo de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Escribe, traduce y corrige textos sobre marketing y publicidad, recursos humanos, videojuegos y educación. Es autora del ebook sobre traducción literaria: Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria y del libro de poemas Las lenguas que me habitan. The languages within me. Les langues dans ma peau. Ha cursado estudios en Letras y Publicidad, y se desempeña como creadora de contenidos para el programa de radio online Traductores, al aire. Actualmente, continúa especializándose en marketing estratégico y digital, realizando las actividades artísticas que nutren su potencial creativo y participando en contenidos colaborativos con otros comunicadores como Hablemos de marketing y Generistas. >> Más info
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En el primer capítulo de Marketing 4.0: Moving from Traditional to Digital* (Marketing 4.0: del mundo tradicional al mundo digital)**, Philip Kotler, el gurú del marketing a nivel mundial, junto a los coautores de la obra, enumera y describe tres cambios clave que denotan cómo el poder ha pasado de estar en manos de las marcas a estar en manos de los consumidores conectados.
“Los profesionales del marketing tienen que adoptar el cambio hacia un panorama comercial más horizontal, inclusivo y social”, reza la oración introductoria del resumen que cierra el primer capítulo (2017, 14).
Por Delfina Morganti Hernández
El pasado lunes 2 de julio, Andy Stalman llegó a Rosario para dar una brillante master class gratuita y apta para todo público: “BrandOffOn: nuevo paradigma del branding”
Era lunes por la mañana. Lloviznaba con esa lluvia finita que parece que no, pero moja mal.
La humedad hacía que las suelas de los zapatos se pegaran sin querer a la vereda transpirada. El viento soplaba sospechoso; pronto, la llovizna se convertiría en lluvia y, aunque el rosarino promedio no estaba preparado, la temperatura estaba por bajar unos cuantos grados. Pero había que salir de la oficina en casa porque, a las diez de la mañana, Andy Stalman, mejor conocido como “Mr. Branding”, daría una conferencia en el auditorio de la Bolsa de Comercio de Rosario. La tentación era irresistible. * * * Llegué al edificio de la Bolsa de Comercio por calle Paraguay pasadas las diez, estufa de tener que cargar un paraguas un lunes por la mañana. Entré feliz de haber llegado; tarde, pero seguro. Entrada equivocada, señorita. “Es por la otra puerta”. Uff… Ahora sí, llegada. … … … … … … No se suponía que hubiera tanta gente. No se suponía que hubiera tanta gente disponible un lunes, día hábil, a las diez de la mañana. Sin embargo, la sala estaba que desbordaba de gente: había, fácil, seiscientas personas. “NOS ENSEÑAN A COMPETIR”
Cuando tomé asiento sobre la plaza izquierda del auditorio, Andy estaba hablando de cómo, desde chiquitos, nos enseñan a competir. Pero, en la vida adulta, necesitamos adoptar el enfoque contrario para triunfar de verdad y a largo plazo: el mejor provecho que podemos sacar los seres humanos al relacionarnos con los demás surge de “colaborar, cocrear, cooperar”.
Según Andy, las marcas deben aspirar al “éxito compartido” y, para eso, deben priorizar y entender realmente a las personas. La frase que apunté entonces fue la siguiente: “Las empresas son marcas; las marcas son personas” y quien no entiende de personas, no entiende el negocio. SOBRE EL NEOLOGISMO “BRANDOFFON”
Stalman es un convencido de que las marcas existen si existen tanto en el mundo offline como en el mundo online, es decir, el mundo digital, el de la nube y la inteligencia artificial.
Por lo tanto, no basta con tener una web si no estamos visibles cara a cara donde tenemos que estar. No basta con estar presentes en el aquí y ahora del mundo fuera de Internet si, en Internet, Google no sabe quiénes somos ni qué hacemos ni por qué lo hacemos. ¿La frase que resume el concepto? “El online no vino a reemplazar al offline. Vino a completarlo, a complementarlo”. ¿Y QUÉ ES ESO DE “BRANDOFFON”? ¿BRANDING Y MARKETING NO SERÍAN LO MISMO?
No.
Andy define el branding como el proceso —nótese el concepto de “proceso”— de creación, desarrollo y construcción de marca. Y como me entusiasmé tanto mientras escuchaba, pero no tomé nota puntual de la diferencia, me tomé la licencia de buscar la diferencia entre branding y marketing por Andy Stalman en una de las tantas entrevistas que le han hecho en España: “El branding es el alma de tu empresa. Es tu ADN, es tu cultura, es tu forma de entender el mundo. Es la consistencia de todo lo que hacés y por qué lo hacés. El marketing y la publicidad son la voz. Es la comunicación de eso que representás. Entonces, para que una marca o una organización sea exitosa, necesita tener alma y necesita tener voz: necesita branding y necesita marketing. Pero no una colisión entre uno y el otro, sino una integración entre uno y el otro […] El marketing solo carece de alma. Y tener un buen branding sin un marketing carece de voz, con lo cual nadie te va a conocer. Branding es la génesis de todo. Luego, vendrá el marketing. Mucho después”.
* * *
Mientras Andy interpelaba a la audiencia de la Bolsa de Comercio, surgieron algunas respuestas más a la pregunta “¿Qué es el branding?” por parte del público presente: El branding es la diferencia entre pasar inadvertido y ser reconocido. Es todo lo que hacés, cada día, en cada lugar. Es la huella emocional, mental que deja tu forma de comunicar en las personas. Andy Stalman lo sintetizó así: “El branding no trata de las cosas que vende sino de las historias que cuenta [una marca]”. LAS 5C DE ANDY STALMAN PARA UN BRANDING EFICAZ
Aún cuando adoptamos el enfoque bidireccional, tanto a nivel de universos --online y offline— como de comunicación con nuestro público —interactuamos en lugar de emitir mensajes de ida—, resulta que no es tan fácil destacar: el mundo sigue siendo, por donde se lo mire, un mundo competitivo.
Entonces, ¿cómo asegurarnos de hacer branding de manera tal que, en efecto, no pasemos desapercibidos? La reputación es la clave. Y, para eso, hay que generar un círculo virtuoso: en palabras de Stalman, tenemos que “conectar emocionalmente de manera positiva con la gente”. A esta altura, Andy introdujo la filosofía de las 5 C en relación con la reputación de una marca: C de Contenido Confianza Consistencia Coherencia Constancia
Es que, en definitiva, recordamos y volvemos a aquello que nos ha hecho sentir bien, que nos ha inspirado confianza; aquello que nos hizo sentir identificados, queridos, abrazados.
Aquí, nuevamente, así como durante toda la conferencia, Andy volvió sobre la importancia de tener como prioridad a las personas (“empleados” y “personal” no serían las palabras preferidas del autor de Brandoffon: el branding del futuro porque pasan por alto el matiz humano): “No existe una marca sin su gente. La era digital es la era del ser humano”. Por eso, sin importar lo que vendas, es fundamental apelar a las emociones del público objetivo. Pero no desde el lugar material de “yo-empresa-marca”; sino desde un auténtico rol humano, con una comunicación tan humana como el valor que aportás mediante el servicio o producto que ofrecés. Según Andy, “No es lo mismo conocer una marca que sentir una marca” y una “gran marca” es aquella “a la que nadie puede imitar o, incluso cuando traten de imitarla, no podrán igualarla”. El desafío de las marcas hoy reside en cómo hacen branding. Todo lo demás, desde el marketing hasta la comunicación hasta la publicidad hasta las conversiones, depende de forjarse una buena reputación, fuertemente ligada a lo emocional, lo humano y lo genuino. ¿Te perdiste la conferencia
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