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Cada 13 de junio se conmemora el Día del Escritor en Argentina, en honor al natalicio de Leopoldo Lugones, fundador de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y autor de 35 obras en vida. Aquí una nota a propósito de quienes escribimos en todas sus formas.Cuando en la Jornada por el Día del Traductor en Rosario (2010) le pregunté a Angélica Gorodischer si acaso no solía volver sobre sus textos con ganas de seguir corrigiendo, suprimiendo, poniendo, sacando, volviendo a escribir, etcétera, pensó apenas un segundo y respondió que esa práctica correspondía más bien a algunos de sus colegas, pero que ella no solía experimentarla. Personalmente, como traductora, todavía hoy me sorprende su respuesta; como escritora, la creo en parte afortunada y, por entonces, pensé algo así como: “Esta mujer está escapando del mal que nos aqueja a tantos otros, esos otros que formamos parte de un mismo cuerpo y que también escribimos”. “Aún si nunca hubiesen existido las gomas de borrar ni aquella tecla a la que suelo recurrir cuando escribo en la computadora, mi afán por la revisión y la rerevisión no dejaría de ser insaciable”. Hace unos años me topé con el artículo de Michael Cunningham Encontrados en la traducción en la Revista Ñ (traducción del original Found in Translation por Joaquín Ibarburu). Entre tantas conclusiones que el texto manifiesta, me apodero de esta más que de ninguna otra: “Si el libro en cuestión sale bien, no es nunca el libro que uno había querido escribir”. ¡Pero claro! Es que hasta el escritor menos perfeccionista, hasta aquel que se dice menos autoexigente y más espontáneo siente, antes o después, aunque sea por una vez, que podría haber traducido sus ideas en una prosa más digna, en un verso un poco menos locuaz. Y esta sensación de que al texto le falta o le sobra no dista de la de muchos traductores de idiomas, sobre todo si se trata de traductores literarios. Si se traduce y se está conforme con el producto final un momento, al siguiente la gloria de haber logrado un trabajo inmejorable desaparece, y ya entra uno a querer hacer cambios que, muchas veces y por razones de tiempos u otras exigencias, se estancan en las ganas del traductor y ahí quedan. ¿Y no es natural que esto nos ocurra? Se trata de la insatisfacción que siente el actor cuando interpreta sus líneas con menos histrionismo que tras bambalinas, lo cual le resulta terriblemente inexplicable. Incluso podríamos encontrar semejanza con el descontento que persigue al músico cuyos ojos lo traicionan al leer una partitura en público, y jamás, jamás, le había ocurrido esta falla en la intimidad de sus ensayos. Hacia el final del artículo, Michael Cunningham sugiere que “nos encontramos en una búsqueda, y no nos desalienta la sospecha colectiva de que la perfección que buscamos en el arte tiene tantas posibilidades de aparecer como el Santo Grial […]”. Por mi parte, confieso que aún si nunca hubiesen existido las gomas de borrar ni aquella tecla a la que suelo recurrir cuando escribo en la computadora, mi afán por la revisión y la rerevisión no dejaría de ser insaciable. Pero en cuanto a buscar la perfección, me parece que la cuestión de búsqueda va más allá de querer hacer que todo cuadre, que la prosa suene perfecta y el verso lo menos errático posible. El escritor es ante todo un ser humano, influenciado por cambios ajenos e internos. No es novedad observar que cada decisión que tomamos (y cada decisión que toman otros) repercute inevitablemente en la individualidad de cada ser vivo que habita la Tierra. Y el escritor, por ser escritor, no está exento. Si el escritor madura, naturalmente verá su texto de hace un año, un mes o un día atrás con otros ojos; naturalmente, las consecuencias de su madurez pujarán por verse reflejadas en sus producciones. No nos hace falta el fracaso para querer mejorar un libro ni tampoco se trataría de perseguir constantemente la perfección; el escritor es, por naturaleza, un ser humano y después un artista, por más que hoy por hoy sienta que no puede ser si no es siendo artista. Primero nació ser humano; luego, se forjó como artista en el seno de una cultura dada. Y nacemos para crecer. Crecemos y —en teoría al menos— “evolucionamos”; es natural que el escritor no pueda escapar a sus ansias por querer que su trabajo crezca y evolucione con él. “Escribir, traducir y leer, decía, parecen ser, a pesar de sus diferencias, quehaceres a cargo de gente que no para de delegar responsabilidades”. Durante mis años de estudio en el Traductorado de inglés, era requisito infaltable antes de encarar una traducción figurarnos a quién estaría dirigido el texto traducido. Lo cual nos fastidiaba un poco, porque como estudiantes prácticos del siglo XXI, la mayoría quería poner manos a la obra, traducir “y punto”. Ahora bien, el texto de Cunningham me obliga a reflexionar y me pregunto: ¿acaso hay un punto más allá del que pone mi mano cuando escribo, cuando traduzco? ¿Existe un punto final auténtico, gracias al cual el escritor se desliga por completo de su texto, y el traductor de su traducción? ¿Y si los puntos también son abstracciones, casi meras ilusiones? Lo cierto es que ningún lector que haya estado siguiendo un libro a conciencia termina de leer, lo cierra a sangre fría y retoma su rutina como si nada. No en realidad. La mente, siempre crítica, suele invitar a la reflexión, al cuestionamiento, a la conmoción, al antojo de continuar imaginando personajes o confabular un ensayo que contradiga al autor. Entonces, el punto final en el círculo escritor-traductor-lector no existe. Ni siquiera el lector, receptor tal vez último del texto, puede dar un punto definitivo al proceso. No puede hacerlo simplemente porque no puede evitar reaccionar de algún modo al texto que le llega: reacciona leyendo más sobre el tema, escribiendo sus pensamientos al respecto, comentándolo con un conocido, o solo imaginando y traduciendo. Incluso podría decirse que el punto final contiene, en cierta forma, a los suspensivos, esos que nos invitan a elevar nuestra percepción del texto lo más alto posible y pensar. El lector en su rol de “lector final” solo daría un fin virtual al proceso descrito por Cunningham, si bien él mismo afirma: “[…] El lector representa el paso final en la vida de traducción de un libro”. Cuando Cunningham se dispuso a escribir Encontrados en la traducción, inevitablemente tradujo sus ideas y sus propios pensamientos en palabras, y luego su texto fue publicado por el New York Times. Después, el traductor Joaquín Ibarburu retomó su texto y lo tradujo al español para acercarlo a los lectores de Revista Ñ. Como receptores “últimos”, los lectores retrabajamos el sentido del texto y reflexionamos a partir de él. Así, escribir, traducir y leer (cuesta ordenarlos en un supuesto orden de aparición, y bien se podría señalar que quien escribe ha leído ya, y quien traduce ha leído de antemano, y leerá después, y escribirá la lectura al traducir, como diría Roland Barthes); escribir, traducir y leer, decía, parecen ser, a pesar de sus diferencias, quehaceres a cargo de gente que no para de delegar responsabilidades, personas que continuamente encomiendan el final de su trabajo a terceros: el que escribe delega en el que traduce, el que traduce en el que lee, el que lee en el que escribe… En síntesis, podría calificarse de irresponsable —¡paradójicamente irresponsable!— a todo aquel que lleve a cabo cualquiera de estas tres tareas... ¡Vaya conclusión la mía, qué disparate! Pero si así fuera, si tanto escritores como lectores como traductores no fuéramos más que unos irresponsables, precisamente por delegar en otros la completud que nunca acaba de llegar, ¡qué digna me siento de ejercer los tres roles! ¿Y usted? ◘ ◘ ◘ Artículo publicado originalmente en De Artículos y Revisiones, enero de 2011. TAMBIÉN PODRÍA INTERESARTE • 13 de junio: ¿por qué se celebra el Día del Escritor? • Toda la literatura es producto de la traducción: un ensayo al rescate del traductor como benefactor • Encontrados en la traducción • Found in translation • Mi ensayo sobre traducción literaria • Escribir la lectura de Roland Barthes Delfina🍊 #HablemosDeMarketing #MarketingParaTraductores #ACMEparaTraductores #orangepower🍊 #orangepowerDMH🍊 ![]() Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! Más info
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¿Trabajás en la industria de los videojuegos y necesitás investigar términos clave? Conocé la historia del fundador de GamerDic, el recurso indispensable para creadores de contenidos sobre videojuegos.Foto. Yova Turnes, creador de GamerDic en las “Fragas do Eume”, en Pontedeume, La Coruña (Galicia) Corría el año 2013. Yova Turnes, informático, estaba escribiendo un artículo sobre videojuegos cuando se le ocurrió buscar en Internet algunos términos. Encontró muchos artículos y foros en los que se hacía referencia a parte de la terminología que quería investigar, pero ninguna página web específica donde se clasificara y definiera esos términos como corresponde. Así nació GamerDic, el primer diccionario online de términos sobre videojuegos y cultura gamer. “Me llamó la atención que no había ninguna web en español que se dedicase en exclusiva a recopilar estos términos”. Ahora bien, cuando resalté que Yova Turnes es informático, omití dos datos igual de relevantes: el tipo es fanático de los videojuegos y creador incansable de bases de datos. De modo que, ante la falta de un recurso tan necesario para la comunidad de jugadores, desarrolladores, redactores, doblajistas y, por supuesto, traductores que trabajan en o para la industria de los videojuegos, Turnes no iba a quedarse de brazos cruzados. Al contrario, ante este “vacío” de datos en la web, Turnes puso manos a la obra y creó GamerDic, diccionario que actualmente recoge 732 términos clasificados en 32 temas y 14 combos. Los combos son grupos de términos íntimamente relacionados que pertenecen a una determinada categoría. Por ejemplo, el combo “Versiones de desarrollo” responde a la pregunta “¿Cuáles son los hitos y versiones en el desarrollo de un juego?” e incluye entradas que definen los vocablos “Alfa”, “Beta”, “Versión candidata” y “Gold”. ¿No es genial? EL SUEÑO DE TODO TRADUCTOR DE VIDEOJUEGOSYa no recuerdo en qué año descubrí GamerDic, pero fue mientras buscaba algún término propio de los videojuegos para una traducción o corrección al español. Me maravilló encontrar una fuente tan original y prolija como GamerDic, y enseguida la compartí con colegas traductores con los que suelo trabajar en proyectos de localización de videojuegos. Por eso, en el artículo de hoy, recojo la historia de GamerDic en primera persona, en la voz de su propio creador, Yova Turnes. Porque como usuaria de GamerDic a diario, considero que es un proyecto digno de destacar y difundir. Porque como creativa emprendedora, me maravilla encontrar pares creativos con espíritu emprendedor que no paran de hacer por el placer (y la necesidad intelectual) de hacer, compartir y construir comunidad. Porque creo que la mejor forma de honrar esos encuentros es ayudándonos entre nosotros y dando difusión a proyectos tan valiosos y originales como es GamerDic. Con ustedes, ¡Yova Turnes! - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Sí he hecho mis pinitos en traducción, hace ya bastantes años, traduciendo software que me gustaba y que no encontraba en nuestro idioma, pero cosas muy pequeñitas, nada destacable. DMH: ¿Cómo y cuándo surge la idea de crear un diccionario online de terminología específica sobre videojuegos y cultura gamer? YT: Pues como todos mis proyectos online —ya que tengo otros además de GamerDic—, surge cuando yo mismo me encuentro con la falta de ese recurso en Internet. Fue en el año 2013. Tenía ya funcionando un par de proyectos en Internet, y estaba buscando algunos términos sobre videojuegos que no tenía muy claros, y que necesitaba para un artículo que estaba redactando. Me llamó la atención que no había ninguna web en español que se dedicase en exclusiva a recopilar estos términos. Por supuesto, había decenas de artículos y publicaciones en foros con algunos términos, pero ningún directorio de referencia donde estuviesen todos estos términos definidos, clasificados, etc. Así que como estaba en una fase muy creativa y activa, y tenía una base sobre la que trabajar rápido heredada de mis otras webs, me puse manos a la obra y creé GamerDic. DMH: ¿Por qué GamerDic es un proyecto sin fines de lucro? YT: Bueno, sigue la filosofía de todas mis webs. Las hago porque me gusta, y porque lo disfruto así. Creo que el no monetizarlas me da una libertad y una tranquilidad que valen mucho la pena. De lo contrario creo que estaría sacrificando algunas cosas y condicionándome en otras. Cuando un proyecto te da dinero comienzas a tomar decisiones y hacer cosas que no harías si no te lo diese. El dinero es atractivo pero también te crea otras necesidades, obligaciones y problemas, y para mí valen más otras cosas. DMH: Muchos traductores y correctores que trabajamos con el idioma español consultamos GamerDic como principal fuente de referencia a la hora de traducir videojuegos y material relacionado con la cultura gamer. ¿Sos consciente del valor que genera GamerDic para la comunidad de traductores hispanohablantes a nivel mundial y, en consecuencia, para la comunidad gamer en general? YT: Sin duda la comunidad de traductores es la que en más ocasiones me ha felicitado y agradecido la creación de GamerDic, así que creo que por lo menos para vosotros sí está siendo de utilidad. También lo está siendo para muchos investigadores y estudiantes, que citan a GamerDic en sus estudios y trabajos. Por supuesto esto me llena de orgullo, porque siempre creo mis webs con la intención de que sean de utilidad, tanto para la comunidad de jugadores a nivel de entretenimiento, como para los diversos profesionales o investigadores del mundo del videojuego en cualquiera de sus facetas. No obstante, creo que no soy del todo consciente del valor que aporta a la comunidad, porque seguramente habrá cientos de personas que lo usan sin nombrarlo o comunicarlo, como es lógico. “Sin duda la comunidad de traductores es la que en más ocasiones me ha felicitado y agradecido la creación de GamerDic”. DMH: Si bien GamerDic es un recurso de acceso libre y gratuito, y un proyecto sin fines de lucro, existe la posibilidad de apoyarlo con donaciones. ¿Cómo pueden hacer los interesados para colaborar con GamerDic? YT: Pueden hacerlo de varias maneras. Estoy registrado tanto en la plataforma Patreon como en Ko-Fi, así que a través de ellas pueden hacer donaciones puntuales o periódicas. También pueden hacerlo a través de PayPal y donar la cantidad que consideren oportuna. He de aclarar que las donaciones las solicito para el conjunto de mis webs, no específicamente para GamerDic. Las donaciones me sirven para aligerar los gastos que me suponen todos mis proyectos en Internet, y es algo que se agradece. De momento, el balance de ingresos/gastos es negativo, así que todavía tiene que salir dinero de mi bolsillo para pagar servidores, dominios, licencias, etc., pero si algún día el balance fuese positivo por supuesto lo invertiría en las propias webs, mejorando servidores, añadiendo nuevas funcionalidades, etc. DMH: Hace poco, GamerDic renovó su imagen y también hubo cambios en la apariencia de la web. ¿Por qué decidiste cambiar la interfaz? ¿Cuáles son las principales novedades o diferencias con respecto a la versión anterior del sitio? YT: La renovación de imagen viene motivada por un proceso de unificación de diseño que he llevado a cabo en todas mis webs, por un lado para crear una imagen global de marca y por otro para facilitar la incorporación de mejoras de una web a otra al tener la misma estructura. Básicamente GamerDic ha heredado la estética de mi principal proyecto ahora mismo, que es DeVuego (una base de datos del videojuego español), pero manteniendo la gama de colores característicos que había tenido desde su nacimiento. Estructuralmente la web es la misma: los términos están clasificados de manera alfabética, por tema, por juego, etc. No hay casi novedades, pero sí hay una bastante importante y es el diseño responsive: ahora GamerDic se puede ver mucho mejor en dispositivos móviles, lo cual facilita la consulta de términos para todo el mundo y en cualquier lugar. DMH: Existe una función dentro del sitio web de GamerDic para contribuir al diccionario sugiriendo términos nuevos si estos no figuran ya como entradas. ¿Por qué decidiste incluir esta opción para el usuario de GamerDic? (Aprovecho para decir que el año pasado aporté un término… ya no recuerdo cuál ¡pero fue aceptado!). YT: Es una función que está desde el principio porque creo que es fundamental. Soy un jugador veterano y conozco la gran mayoría de términos de videojuegos de toda la vida, pero para mí es imposible estar al tanto de todos los términos nuevos que surgen, sobre todo con las enormes comunidades que hay hoy en día en torno a grandes juegos como League of Legends, donde los jugadores han creado prácticamente su propio lenguaje, y de las que yo no formo parte. La opción de sugerir términos me ayuda a conocer todas estas nuevas formas de lenguaje gamer que de otro modo se me escaparían. DMH: Si la tenés a mano, ¿podrías compartir una estadística de cuántos de los términos que incluye GamerDic hoy en día los aportaron los usuarios? YT: Es un dato interesante, pero no te lo puedo decir con exactitud, ya [que] no llevo un control de los que han sido aportados por usuarios. También cabe decir que muchas veces los usuarios sugieren el término pero no su definición, a menudo precisamente lo que quieren es conocerla y que yo la añada, así que me toca investigar para conocer el término. No hace falta decir que hay muchos términos que no llegan a añadirse por ser absurdos, redundantes o directamente inexistentes. Respondiendo a tu pregunta, y revisando las cifras de términos enviados, podría estimar que en torno al 30 % de los términos han sido aportados por usuarios. “Creo que mi pasión por la informática nace conmigo. Desde bien pequeñito me encantaron los ordenadores”. DMH: Aunque no nos conocemos personalmente, por tus perfiles en sitios web y redes sociales, se nota que sos un emprendedor incansable a la hora de armar bases de datos relacionadas con el mundo de los videojuegos. ¿De dónde nace tu pasión por la informática? YT: Creo que mi pasión por la informática nace conmigo. Desde bien pequeñito me encantaron los ordenadores. Desde el Amstrad CPC 464 de mi hermano pasando por un Commodore Amiga de mi tío o el ZX Spectrum de mis primos, y otros a los que pude tener acceso, siempre tuve fascinación por todo aquello que tuviese teclas y pantallas. Aunque mi primer ordenador propio no lo tuve hasta los 16 años, momento en el que también comencé a tener acceso a Internet. Desde entonces, no he parado de usarlo para crear cosas, además de, por supuesto, para jugar a videojuegos. DMH: Además de GamerDic, tenés otros sitios web activos en relación con los videojuegos y la cultura gamer. ¿Cuáles son y a qué tipo de público apunta cada uno? YT: Sí, como te he comentado anteriormente, GamerDic es uno de los proyectos sobre videojuegos que tengo actualmente activos. El primero fue DoblajeVideojuegos, creado en 2012, y se trata de una base de datos de los actores que han puesto su voz a los diferentes videojuegos doblados al español de España. También de los directores, traductores, técnicos y otros profesionales que han participado en el mismo. El proyecto está orientado al público general, pero nuevamente son muchos los profesionales que lo usan, especialmente del mundo del doblaje, como una especie de portfolio para su trabajo. Los traductores también están agradeciendo que se incluyan dentro de la ficha de cada juego ya que en muchas ocasiones son los grandes “invisibles” de este mundo. Tu lo sabrás perfectamente. El segundo fue DeVuego, sin duda mi proyecto más grande y ambicioso. Nació en 2013 y comenzó siendo una base de datos de videojuegos desarrollados en España, pero con el paso del tiempo ha ido creciendo hasta albergar una ingente cantidad de datos sobre el sector del videojuego en España: estudios de desarrollo, desarrolladores, empresas, medios de comunicación, eventos, libros y un largo etc. También cuenta con un blog donde publicamos críticas de videojuegos, entrevistas y artículos sobre el mundo del videojuego español. El cuarto proyecto (el tercero sería GamerDic) nació como una especie de hijo de los dos proyectos mencionados anteriormente. Al introducirme, por un lado, en el mundo del doblaje de videojuegos y, por otro, en el de desarrollo de videojuegos independientes, noté una desconexión entre ambos. Que un videojuego cuente con doblaje puede ser un gran punto a su favor, especialmente cuando hablamos de videojuegos indie que son los que mayormente se desarrollan en España. Y no es algo tan inalcanzable como muchos desarrolladores piensan, por lo que me propuse crear una plataforma que pusiese en contacto estos dos mundos. Se llama PonVozATuJuego y en ella se pueden registrar actores y actrices de doblaje para ofrecer su trabajo de manera profesional o amateur y que los desarrolladores puedan contactar fácilmente con ellos. Ya son varios los videojuegos que han contado con doblaje gracias a esta iniciativa y espero que en el futuro sean más. “Creo que la misión del buen traductor, o más específicamente del localizador de videojuegos es saber trasladar no solo unas palabras o unas frases de un idioma a otro, sino tener los conocimientos suficientes sobre el mundo del videojuego en general y del videojuego que está traduciendo en particular al país del jugador para el que está localizando ese juego”. DMH: Aparte de estas páginas, ¿tenés ideas pendientes de desarrollo para futuros sitios web? YT: Si yo te contase... tengo una lista enorme de ideas de proyectos para llevar a cabo, pero desgraciadamente no tengo tiempo suficiente, no tanto para ponerlos en funcionamiento, sino para mantenerlos debidamente actualizados y operativos. Tengo dos hijas pequeñas y bastante me cuesta encontrar tiempo para mantener activos los que tengo. No obstante espero en un futuro poder sacarlos a la luz. DMH: Como informático creativo con tantos proyectos paralelos en curso, me imagino que debés ser un personaje interesante para tus familiares y amigos. ;) Lo digo en el sentido de que estás constantemente creando, mejorando, ideando nuevas bases de datos. ¿Qué te dicen tus amigos y familiares cuando les contás que estás pensando en desarrollar un nuevo sitio web? YT: ¡Ja, ja, ja! Bueno, es gracioso porque existe una cierta desconexión entre lo que hago en internet y lo que hago en la vida real. Claro está, mi familia y amigos son conocedores de que tengo páginas web, pero no son temas de su interés, así que no me preguntan por ello ni les preocupa. La verdad es que no tengo familiares ni amigos interesados en el mundo de los videojuegos. Lejos de ser algo negativo, para mí es una situación muy sana, aunque por supuesto soy el informático a mano de la familia para todas las consultas informáticas y técnicas que les surgen. DMH: Cuando uno tiene tantas ideas y el día aún tiene 24 horas, dentro de las cuales también hay que trabajar, comer, dormir, bañarse, pasar tiempo de calidad con la familia, los amigos, etcétera… ¿queda tiempo para jugar videojuegos, emprender, crear en paralelo? ¿Algún consejo sobre administración del tiempo y productividad para los traductores y hacedores incansables que estamos al otro lado del océano…? YT: Como te he contado antes, tengo dos hijas pequeñas, así que mi tiempo libre es muy muy reducido. A veces aprovecho que tengo a mi hija pequeña durmiendo encima para trabajar en mis webs, o para ver una serie o para jugar un rato, así que imagínate. Con suerte en una semana tengo tiempo para ver un capítulo de una serie y jugar una hora a videojuegos, el resto del tiempo libre, que no es mucho, lo dedico a mis webs. Sin duda, cuando tienes tan poco tiempo libre aprendes a optimizarlo y te das cuenta de cuánto tiempo has perdido a lo largo de tu vida, ¡ja, ja, ja! Mi consejo para ser productivo es ponerse a ello. Parece una tontería, pero a veces no nos ponemos a hacer tal o cual cosa porque creemos que no nos dará tiempo o que no estamos creativos o preparados para hacerla, pero estas situaciones hay que forzarlas: la mayor parte de las veces, una vez que empezamos, lo hacemos. Otro consejo es no entrar en Twitter, Facebook, YouTube o demás redes sociales salvo que sea estrictamente necesario, para recopilar información, o acabaremos perdiendo el poco tiempo que tenemos. La rutina también ayuda mucho, y hay horas a las que hacemos mejor unas cosas u otras. Por ejemplo después de comer, yo prefiero, si tengo tiempo, ver una serie o jugar un rato. Soy más productivo por las mañanas o, curiosamente, por las noches, pero por las tardes mi cabeza va más “pesada”. Hacer ciertas tareas siempre a la misma hora del día ayuda a realizarlas con más eficiencia. “Mi consejo para ser productivo es ponerse a ello. Parece una tontería, pero a veces no nos ponemos a hacer tal o cual cosa porque creemos que no nos dará tiempo o que no estamos creativos o preparados para hacerla, pero estas situaciones hay que forzarlas: la mayor parte de las veces, una vez que empezamos, lo hacemos”. DMH: Si tuvieras que definir la misión del buen traductor de videojuegos desde tu lugar de creativo informático y especialista en la industria de los videojuegos, ¿cómo sería? YT: Creo que la misión del buen traductor, o más específicamente del localizador de videojuegos, como la propia palabra dice, es saber trasladar no solo unas palabras o unas frases de un idioma a otro, sino tener los conocimientos suficientes sobre el mundo del videojuego en general y del videojuego que está traduciendo en particular al país del jugador para el que está localizando ese juego. Estoy seguro de que en todas los ámbitos en los que puede trabajar un traductor es necesario tener ciertos conocimientos sobre aquello que está traduciendo, pero creo que el mundo del videojuego es especialmente exigente en este sentido. No veo posible —o al menos no muy sencillo— ser traductor de videojuegos sin tener pasión por esta afición, y ser capaz de empaparse de todo aquello que forma parte del juego antes de traducir un simple “Hola”. DMH: Yova, muchas gracias por esta entrevista. Estoy segura de que será del agrado y disfrute de todos mis colegas traductores y emprendedores que leen este blog. YT: Muchísimas gracias a ti por la oportunidad, para mí es siempre un honor que la gente quiera conocer un poco más de mis proyectos y de mí mismo. Espero que a ti y a tus lectores les parezca interesante y que lo que hago les sirva de ayuda en algún momento. Enhorabuena por tu labor y por darle voz a la gente en tu blog. ¡Un abrazo para Argentina! Si te gustan los videojuegos y sentís curiosidad por la terminología relacionada, aquí podés consultar el sitio web de GamerDic. También te invito a seguir los perfiles de GamerDic en redes sociales: Instagram y Twitter. Traducir géneros de entretenimiento y educación, como películas y videojuegos, es una gran responsabilidad. También en este campo hay terminología específica que los traductores debemos respetar, acuñar, investigar, utilizar. En ese sentido, GamerDic es mi fuente de referencia número uno como traductora creativa que trabaja, entre otras áreas, en localización de contenidos sobre videojuegos. Si ya sos usuario de GamerDic, o querés serlo para mejorar tus traducciones u otros contenidos, recordá que podés apoyar este proyecto, así como todas las bases de datos creadas por Yova Turnes, en Patreon o vía PayPal. ◘ ◘ ◘ Delfina🍊 #HablemosDeMarketing #MarketingParaTraductores #orangepower🍊 #orangepowerDMH🍊 Delfina Morganti Hernández es escritora, comunicadora publicitaria, traductora e intérprete de inglés y español, matriculada en el Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe, 2.ª Circ., y miembro activo de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Escribe, traduce y corrige textos sobre marketing y publicidad, recursos humanos, videojuegos y educación. Es autora del ebook sobre traducción literaria: Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria y del libro de poemas Las lenguas que me habitan. The languages within me. Les langues dans ma peau. Ha cursado estudios en Letras y Publicidad, y se desempeña como creadora de contenidos para el programa de radio online Traductores, al aire. Actualmente, continúa especializándose en marketing estratégico y digital, realizando las actividades artísticas que nutren su potencial creativo y participando en contenidos colaborativos con otros comunicadores como Hablemos de marketing y Generistas. >> Más info
El año pasado asistí a una charla para emprendedores y, en un momento dado, el orador pronunció la palabra mágica “intraducible” en relación con una frase en inglés de Tom Kelley. Estaba fascinado con la cita y no había dado con ninguna traducción que le hiciera justicia. Aparentemente, tampoco tenía fe en que tal traducción pudiera existir: era, según él, un caso imposible de traducir de manera que sonara bien en español. Muchas veces nos enamoramos de cómo suena una palabra o una cita en un idioma dado y, como asociamos el idioma fuente con “el origen”, entendido como un valor absoluto e irremplazable —como la pureza—, nos resulta imposible amigarnos con la idea de que esa palabra o frase podrían tener una traducción posible e, incluso, interesante en nuestra lengua. Ahora bien, si ampliamos la noción de traducción y la pensamos en términos de la búsqueda de equivalencias relativas (no creo en las equivalencias exactas) entre lenguas, podríamos abordar los “intraducibles” desde un lugar un poco más fecundo: la posibilidad de traducirlos. DE INTRADUCIBLE A TRADUCIDATomé el aviso del orador de que citaba la frase en inglés porque era imposible traducirla al español como un desafío. Él no sabía que entre el público había una traductora que, meses más tarde, ensayaría algunas traducciones posibles. La frase citada decía así: “Fail early to succeed sooner.” —Tom Kelley. Al investigar el origen de la cita para escribir este artículo, los resultados de Google la muestran, a veces, tal como la escuché en la charla (ver arriba); otras veces, con leves variaciones, como en este caso: “Fail early, fail often, in order to succeed sooner.” Sin embargo, debo aclarar que, cuando probé de traducirla al español, partí únicamente de la frase que había escuchado en la charla y sin conocer las otras opciones que ofrece Google. Así que no en todas mis versiones aparece la idea de equivocarse seguido (fail often), como en el ejemplo anterior. También debo aclarar que lo que hice en muchos casos no fue una traducción, sino, antes bien, lo que yo llamo una “Sinatraducción”: es decir, una adaptación a mi manera. Hice una reformulación creativa de la frase de partida para adaptarla al español rioplatense de modo que resuene con mi público objetivo (traductores emprendedores, estudiantes de traducción, emprendedores de otros sectores y empresarios de diversas industrias). Estas adaptaciones en las que el traductor está habilitado a tomarse alguna que otra licencia creativa con tal de generar un texto relevante, natural y simpático para el lector modelo de la nueva cultura, esa cultura de llegada, suelen englobarse bajo la denominación de transcreation (a diferencia de “Sinatraducción”, transcreación es un término reconocido ya en la industria de la traducción. Pero no pierdo la esperanza: quizá algún diccionario recoja “Sinatraducción” como un neologismo válido en el futuro cercano). En fin, estas son mis propuestas al español rioplatense de la frase de Tom Kelley en inglés: en la lista figuran desde traducciones más cercanas al texto fuente en cantidad de palabras e impacto, hasta adaptaciones y reescrituras en las que aprovecho a explayarme un poquito más, incluir alguna metáfora, recurrir a imágenes visuales que, a mi gusto, son interesantes de leer… en fin, hay unas cuantas Sinatraducciones: Texto fuente: “Fail early to succeed sooner.” Texto meta: menú a la carta (ver opciones abajo) a) Un tropiezo a tiempo acortará el camino al éxito. POR QUÉ TRADUCIR LO “INTRADUCIBLE”Porque muchas veces lo que consideramos un intraducible puede ser, en realidad, traducido. Ya lo dijo Mandela: “Todo parece imposible hasta que se hace”. Concedamos a los traductores el beneficio de la duda. ¿Quién sabe? Alguno podría llegar a traducir lo que, aparentemente, no tenía una traducción interesante en español. * * * (Le envié mis propuestas al orador. A ver qué pasa...). :D Y vos, ¿cómo traducirías la frase de Kelley al español? Delfina🍊 #HablemosDeMarketing #MarketingParaTraductores #ACMEparaTraductores #orangepower🍊 #orangepowerDMH🍊 ![]() Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! >> Más info Por Delfina Morganti HernándezTiempo de lectura: 15 min Foto: Carlos Castillo | 3CM Media A fines de septiembre del año pasado, me tomé unos días para viajar a la hermosa ciudad de Córdoba capital y disertar en el III Encuentro Nacional de Traducción #ENT2018. El lema de la tercera edición del evento —una iniciativa conjunta de los traductores Juan Macarlupu Peña y Julieta Olivero— era “La especialización y otros caminos para el crecimiento profesional” (programa completo aquí). Los organizadores me concedieron una hora de reloj para hablar sobre la parte que más me fascina de mi trabajo como traductora: la transcreation o traducción creativa aplicada a material de marketing y publicidad. Como sabía que el público típico del ENT suele estar conformado mayormente por estudiantes de traductorado y graduados recientes de las carreras de traducción e interpretación, decidí que la charla tenía que ser no solo informativa, sino, además, motivadora. Mi idea desde el principio fue trabajar la presentación como una charla auténtica, al mejor estilo TED: además de los “datos duros” y casos prácticos que todo el mundo espera, agregué ingredientes de mi historia personal para activar la imaginación y apelar a las emociones de los espectadores. Así nació Traducción creativa o transcreation: cuando ser un “bicho raro” se traduce en un nicho churro, una charla en la que aspiré a combinar todo eso que me gusta y me incentiva de los buenos oradores con un discurso real y eficaz: información concreta, toques personales de humor y frases inspiradoras pero realistas, tanto ajenas como de mi propia autoría. Por supuesto, había que definir la traducción creativa. Sin duda, había que dar ejemplos puntuales y traer a colación algunos casos famosos de buenas y malas traducciones creativas de nombres de películas, personajes de videojuegos, eslóganes y nombres de productos. ¿Y cómo se puede definir a buen traductor creativo? Eso también lo abordé durante la hora de reloj que tenía asignada y que, la verdad, se me pasó volando al dar la charla en vivo. SORPRESASEl 29 de septiembre de 2018 cayó sábado. Eran las tres y media de la tarde del último día del congreso y a mí me tocaba pararme frente al público para dar una charla de una hora. Una hora de reloj hablando ante un público extenuado y que, hacía apenas unos minutos, había terminado de almorzar. No sé si fue la música que me había puesto de fondo para redactar el guion en mi computadora desde Rosario; no sé si fueron las pausas que hice en el momento cuando di la charla en Córdoba o el #orangepower🍊 que me acompañaba en los tonos naranja y rojizos de mi camisa, o el naranja de mi botella de agua o el naranja de mi foullard o el naranja en mi libreta de notas o el cansancio del público en general… Lo que sé es que la repercusión de esa charla superó mis expectativas y se tradujo en muchos mensajes de agradecimiento, reconocimiento y generosos saludos de colegas y futuros traductores que me contaron cosas como estas: “[…] quería felicitarte por la excelente ponencia que diste en el encuentro. Se nota muchísimo que sos apasionada en lo que hacés y una gran persona con un muy lindo carácter. Además, ¡transmitiste tan bien esa pasión al punto de interesar a todos! Mensaje de correo electrónico de una futura colega traductora que asistió al Encuentro Nacional de Traducción “[…] Te cuento que, como si fuera un acto de telepatía, o una alineación más de los planetas, ayer nos llegó un proyecto de transcreation para [nombre de la marca]. Me sirvió tantísimo tu charla […]. Supe qué pedirles (me mandaron la guía de estilo), me animé a presentarles opciones y pude hacerles sentir que estamos en condiciones de ofrecerles un servicio de valor agregado (como vos lo mencionaste) que implica un desafiante trabajo en equipo”. Instagram | Traductora emprendedora y coordinadora de proyectos que asistió al Encuentro Nacional de Traducción “¡Hola, Delfina! Quería decirte que me encantó tu ponencia. Instagram | Estudiante de traductorado presente en el Encuentro Nacional de Traducción “Mi nombre es XXXX, me diste tu tarjeta en el #ENT2018 cuando nos sacaste una foto a mis amigas y a mí. Quería felicitarte por tu ponencia en el encuentro. La verdad es que fue una de las que más me gustó, tanto por el contenido como por el modo de presentarlo y, lo más importante, me hizo descubrir la traducción creativa e interesarme en ella […]. Después de escuchar tu charla estoy muy entusiasmada con intentar profundizar dentro de la traducción creativa. Me sirvieron mucho tus consejos acerca de cómo empezar y voy a comenzar a ver videos de marketing para sumar conocimientos al respecto”. Mensaje de correo electrónico de otra futura colega asistente al Encuentro Nacional de Traducción Y este fue el mensaje que más me llenó de felicidad, agradecimiento y satisfacción: “[…] Ayer estuve en la ponencia que diste en el encuentro de traductores y me pareció la presentación más hermosa y motivadora que escuché en mucho tiempo. Fue una gran inspiración y me llegó en el momento correcto porque estaba un poco desganado con el estudio y con esta carrera que tanto me costó poder empezarla por mandatos familiares. Ahora, después de escucharte, todas las ganas de estudiar y recibirme de lo que siempre quise se hicieron mucho más fuertes, así también en el futuro seguir capacitándome en áreas donde quiero desarrollarme como traductor. Muchas gracias Delfina por el gran aporte que has hecho en mi persona”. Instagram | Estudiante de traductorado presente en el Encuentro Nacional de Traducción Estos son solo algunos testimonios que recopilé de las redes sociales en las que los fui recibiendo. También hubo algunos asistentes que se acercaron a saludarme personalmente (motivo por el cual me perdí la mejor parte de los congresos… ¡el coffee break! Pero está bien, ¡lo valió por ese momento! :D). EL BROCHE DE OROAdemás de los mensajes felices que recibí de los asistentes que me contactaron después del evento, hace unos meses surgió la oportunidad de hacer un trabajo en colaboración con los colegas traductores Ana, Emiliano y Andrea de Captcha Translations. Había conocido a parte del equipo, Anahí y Emiliano, en el Encuentro Nacional de Traducción #ENT2018 en Córdoba, cuando fui a dar la charla sobre traducción creativa. Unos meses más tarde, el equipo de Captcha me contactó porque necesitaba generar tres posibles versiones de un eslogan de inglés a español de América Latina. Además de traducirlos con cierto vuelo creativo, justifiqué cada opción y brindé las traducciones inversas correspondientes. El eslogan no era comercial, sino que pertenecía a la marca de una ONG de Estados Unidos. Transcrear un eslogan siempre acarrea muchos desafíos y riesgos porque se trata de un elemento clave de la identidad de una marca. Además, en este caso en particular, mi tarea era solo una de las etapas de un importante proyecto de localización del sitio web de la organización. El equipo de Captcha quería superar las expectativas de su cliente y, al recordar mi charla sobre traducción creativa, pensó que podría ayudar. Me sentí halagada y superentusiasmada, así que puse manos a la obra para traducir el eslogan de la ONG en cuestión. Hoy puedo decir que disfruté mucho de la experiencia y espero que se repita próximamente en 2019. El equipo de Captcha también quedó muy conforme: “Tuvimos el enorme placer de haber trabajado en colaboración con [Delfina Morganti Hernández] DMH Servicios lingüísticos. Quedamos sorprendidos tanto por la expresividad y el profesionalismo de Delfina, como por sus valores y su calidez como persona. Extraído del muro de Facebook de Captcha Translations, 5-12-18 SEGUIR #TraduSiendoSalir de la silla y desplazarse más allá de las fronteras del propio lugar de origen y residencia es un esfuerzo; muchas veces es un sacrificio. Conlleva cierta inversión de tiempo y dinero sin poder prever los resultados más allá del mero disfrute —o por lo menos así lo vivo yo— de conocer y escuchar a otros traductores en persona. La experiencia en el Encuentro Nacional de Traducción me trajo y me sigue trayendo satisfacciones inesperadas, aun cuatro meses después de celebrado el congreso en Córdoba. Ojalá este año encuentre los medios necesarios para repetir el riesgo y el desafío (los resultados quedarán en manos de Dios y el destino). Si podés compartir la experiencia conmigo, ¡bienvenido sea! ¡Espero verte en el próximo Encuentro Nacional de Traducción en 2019! Delfina🍊 #HablemosDeMarketing #MarketingParaTraductores #orangepower🍊 #orangepowerDMH🍊 Enlaces de interés🍊 3 mitos sobre la traducción creativa y los traidoctores que osamos ejecutarla 🍊 Todas las fotos del Encuentro Nacional de Traducción 2018 🍊 Entrevista a Julieta Olivero y Juan Macarlupu Peña antes del ·ENT2018 🍊 Transcreation: Pride and Prejudice I 🍊 Transcreation: Pride and Prejudice II 🍊 Transcreation: Pride and Prejudice III ![]() Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! A 243 años del nacimiento de la autora británica cuyo talento y vigencia le han valido comparaciones con Shakespeare, además de infinitas reescrituras, fanfiction y adaptaciones cinematográficas, yo la reivindico, como cada año, rerereleyendo sus novelas. Este año, además, aprovecho a comentar el camino por el cual llegué a traducir un ensayo del inglés al español que indaga en la relación literaria entre Mark Twain y Jane Austen.Corría el año 2011 cuando descubrí el ensayo en inglés de la Prof. Emily Auerbach (Universidad de Wisconsin-Madison, EE. UU.) en Internet. Como no podría ser de otra manera para cualquier lector acérrimo de Austen, el título me generó mucha curiosidad: “A Barkeeper Entering the Kingdom of Heaven”: Did Mark Twain Really Hate Jane Austen?. (Título que, más tarde, traduciría como: “Un tabernero adentrándose en el Reino del Cielo: ¿Es verdad que Mark Twain odiaba a Jane Austen?”). No recuerdo bien qué estaba buscando en la web en ese momento ni por qué apareció su ensayo en los resultados de búsqueda; solo sé que apenas empecé a leerlo, supe que tenía que traducirlo al español.
Por Delfina Morganti Hernández Y se hizo esperar, pero llegó. A un mes y unos días de la primera entrega de la entrevista al traductor Julián A. Sosa, cumplo en compartir la transcripción de la segunda parte. Si te perdiste la primera, podés leerla acá (muy recomendable). * * * D: Vamos a volver un poco a los orígenes y después hablamos de la actualidad. ¿Cómo nace tu interés por el inglés y por estudiar traductorado de inglés? J: El estudiar inglés nace obviamente forzado. A mi mamá siempre le gustó la cultura inglesa, el idioma, pero nunca pudo aprender de chica. Entonces, cuando nosotros estábamos en tercer grado de la primaria—. D: ¿“Nosotros” tus hermanos? J: Mi hermano y yo, sí. Nos mandó a un instituto. Estudiamos ahí creo que por nueve años. Era una lucha a veces. Hubo un año en que quería dejar de ir porque me costaba el Present Perfect, no lo entendía [risas]. Estaba muy negado. Pero pude superar esa etapa. Seguí estudiando —a la par estaba haciendo el secundario— y llegó el último año del secundario, que es cuando tenés que decidir qué vas a hacer el año que viene para entrar a la universidad. Porque mi idea era seguir alguna carrera. D: ¿Cómo pasaste del “odio” al placer con el inglés? J: ¡No sé! [risas] A veces igual me da algún que otro dolor de cabeza, pero me gusta mucho ahora. No sé cuándo fue la transición de empezar a quererlo. Seguramente fue cuando entendí qué era el Present Perfect [risas]. Seguramente fue ahí. Entonces, llegó el último año del secundario. A mí siempre me habían gustado dos cosas: los idiomas —me había empezado a gustar el inglés, lo sentía como una herramienta muy fuerte, muy importante para el futuro— y, a la vez, también la música. A mí me encanta todo lo relacionado con la música. Estaba en esa disyuntiva: “¿Qué hago, me meto en un conservatorio a estudiar música? ¿O me anoto en un traductorado, ya que tengo todo el bagaje del inglés y es como un ‘tema menos’?”. Pensaba solo en el inglés. Estaba muy cegado en ese momento. Pensaba que solamente iba a traducir al inglés y no, no es así. Traduzco más al español que al inglés. Hasta que, finalmente, hablé con un conocido de la familia que era traductor público, para ver cómo era el ámbito laboral, la salida, la vida de un traductor. Y me resultó interesante. Más que nada por esto de trabajar desde casa. D: En pijama… J: En pijama, obviamente [risas]. Al final, me decidí y me anoté en la Universidad Nacional de Lanús, que la tengo cerca de casa. Me gustaba que era un traductorado público y el plan de estudio abarcaba muchos temas, no solo la parte legal, como pasa en la UBA, por ejemplo, que es mucho más legal la orientación. En la UNLA tenemos traducción técnica, de medicina, de sociedades comerciales, de informática. Y también traducción jurídica: contratos, certificados de nacimiento, de matrimonio.
“Todo empezó en la facultad. Nosotros teníamos un compañero que, a la par del Traductorado, estaba estudiando Edición en la UBA”. D: Te vas nutriendo de todo eso. J: Claro, porque en sí yo nunca estudié un traductorado literario. D: Mirá qué interesante. J: Siempre digo que para traducir literatura tenés que tener lo literario incorporado. Es medio difícil si no forzarlo; se nota cuando está forzado. Yo me doy cuenta con mis compañeros a veces. La formación del traductorado público es muy estructurada: te aprendés este término y es así en inglés o en español. Les cuesta un poco esto de soltar la mente y dejarla ir. Por supuesto, está perfecto porque así es la carrera y es lo que les gusta. Pero yo siempre sentía que me faltaba algo, que necesitaba ir un poco más allá. D: Es como que sentías un llamado hacia el área literaria, ¿no? J: Claro. Igual, a lo largo de la carrera tuvimos talleres de traducción literaria que organizaban los mismos profesores. El primer taller que hicieron era sobre traducción de poemas. Ese me gustó mucho. Creo que ahí hice el clic y dije: “Che, me gusta esto”. D: Ahí encontraste más la vocación dentro de la traducción. J: Sí. Era sobre traducción de poemas y era interesante porque estaba muy relacionado con la musicalidad de las cosas, darle un determinado ritmo a los textos, trabajar las rimas... Y me acuerdo que las soluciones a las que había llegado con los poemas que teníamos que traducir me habían gustado. Eso también está muy bueno, que te guste lo que lográs hacer y que lo sepas defender es lo más importante. Más en este ámbito, en la literatura, donde todo siempre es más subjetivo. Como todo arte. Ese fue uno de los detonantes que hizo que me apasionara tanto. Después tuvimos jornadas, más masivas, no tanto estilo taller, sino organizadas por la misma universidad, pero más extensas, con gente de afuera que venía a dar charlas sobre traducción literaria. D: ¿Hablás o estudiás otros idiomas? J: No, pero me gustaría mucho. Me gustan todos los idiomas en realidad, pero más el francés, el alemán y, misteriosamente, el ruso. Es muy difícil que pueda aprender los tres. [Nota de color: Julián me contó que justo empezó a estudiar alemán este año]. Jardín del IES en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”. Aquí le hice la entrevista al traductor Julián A. Sosa el viernes 28 de abril de 2017, en el marco de la Escuela de Otoño de Traducción literaria. D: ¿Y el ruso por afinidad con la literatura rusa, algún autor? J: No, no. Tengo un amigo que es ruso y, a veces, cuando lo escucho hablar, me llama mucho la atención cómo suena el idioma. También mi profesor de Lengua Española es traductor de ruso. A veces, hablaba en ruso en las clases cuando contaba alguna anécdota, y me gustaba escucharlo. La verdad es que me gustan todos los idiomas. Si pudiera aprender más, me encantaría. D: Actualmente trabajás con una editorial argentina en modalidad autónomo-independiente. ¿Siempre traducís textos del género novela? J: Sí, por ahora sí. Me están mandando solo novelas. Salvo por esta última que es autobiográfica [La distancia entre nosotros de Reyna Grande], pero no deja de ser una novela. D: Y trabajás por contrato. J: Sí, por contrato. D: Cada libro nuevo es un contrato distinto. J: Es un contrato distinto, sí. D: ¿Y cuánto hace que trabajás con la editorial? J: Desde julio del año pasado [2016]. D: Y ya llevás tres libros traducidos. J: Sí, me mandan libros para traducir bastante seguido. D: ¿Te gustaría contar cómo se dio esta oportunidad? J: Todo empezó en la facultad. Nosotros teníamos un compañero que, a la par del Traductorado, estaba estudiando Edición en la UBA. El chico tenía un blog donde hacía análisis y críticas de libros. Con el paso del tiempo, fue desapareciendo del Traductorado, se fue centrando más en el ámbito de la edición y en su blog, e hizo un contacto con esta editorial, con V&R. Le mandaban libros... Y nos seguíamos viendo igual, porque era un amigo nuestro. Hasta que un día, el año pasado, nos comenta a tres compañeros del Traductorado —él ya había dejado la carrera, estaba ocupado con Edición y el trabajo— que la editorial estaba buscando traductores. Nos dijo: “Les voy a mandar una prueba, háganme acordar”. Tardó un poco [risas] desde que nos dijo eso hasta que nos envió el texto de prueba para traducir. Tardó unos dos meses, tres… [risas]. Un día, nos mandó la prueba, y terminó siendo el texto de los dos primeros capítulos del primer libro que traduje [Noche de luz, Jay Asher]. Nos mandó la prueba a los tres. D: Y de los tres, ¿están todos trabajando? J: No, de los tres quedé yo solo me parece. D: Entonces, era una prueba eliminatoria. J: Sí. Fue raro porque él era más amigo de otra compañera. D: Bueno, pero fue objetivo. Fue profesional. J: Sí, totalmente. Está bueno que fue un proceso serio. Además, no fue él solo el que las corrigió. Hay todo un equipo de correctores detrás, otros editores. [Pausa] Y fue muy loco porque el día que me llama para decirme que le había gustado mucho mi versión, yo estaba pensando, buscando alguna especie de salida laboral relacionada, quizá crear un blog o algo así. Pero no para escribir sobre traducción, sino un blog en el que incluiría traducciones de canciones del inglés listas para ser cantadas en español. Es decir, manteniendo las rimas, la métrica y manteniendo el sentido, que es lo más importante. Y eso no se ve mucho en el ámbito de la música cuando hacen una versión en español. Casi siempre le cambian la historial, cambian el sentido. Y yo no quería eso. Y esta idea fue a raíz de mi hermano, que un día me cuenta que había estado pensando: “Che, estaría bueno hacer este tema [un tema de Coldplay] en español. Quiero cantarlo en español, pero lo tengo que traducir y las versiones que están traducidas en Internet no me gustan. Ah, ¡pero si tengo a mi hermano que es traductor!” [risas]. D: ¡Somos tan invisibles a veces que ni los hermanos nos registran! J: ¡Claro! [Risas]. Yo estaba en la habitación de al lado [risas]. Y viene y me dice: “Che, ¿me podrás traducir este tema para cantarlo en español?”. “Sí, dale”, le digo yo. “Dale, dale”. Y agarré y me puse a traducirlo en un bloc de notas, así nomás. Me puse los auriculares, empecé a escuchar el tema —dejando de lado la cadencia de la voz— y lo iba traduciendo al español con la mayor fidelidad posible al sentido de cada verso. D: Pero debés haber resignado algo. No me digas que conservaste todo porque no te voy a creer [risas]. J: [risas] Algo tuve que sacar, sí. Quizás lo más notorio fue la rima. Si un verso en inglés terminaba en una a larga, en español no. Cambié la rima en sí, pero mantuve siempre el lugar de esa rima, el patrón: si era a-b-a-b, por ejemplo, en esopañol también. D: ¿O sea que trabajaste todos los aspectos de la traducción de canciones al mismo tiempo? Te pregunto porque hay traductores que primero trabajan el texto solo como poema, sobre todo cuando hay mucho ritmo o rimas, y después empiezan a hacer una adaptación de acuerdo con la melodía. Trabajan en dos pasos. J: Claro. No, yo no. Trabajé directamente con la música. Me resultó más fácil así. Porque escuchaba el original y, a la vez, cantaba el español arriba. O escuchaba la canción en inglés, me sacaba los auriculares y me ponía a cantarla en español, para ver cómo quedaba. Y me terminó gustando. Después le di la traducción a mi hermano y creo que grabó un video cantándola, no sé dónd estará. Y me dijo que le gustó. D: ¿Eso fue al mismo tiempo que estabas haciendo la prueba para la editorial? J: No, ya la había hecho, aunque todavía no tenía noticias. Pero fue justamente en esa misma semana que empecé a pensar en esto de armar un blog con traducciones de canciones listas para cantarlas. Y justo me llama mi amigo, que estaba a cargo de la edición de esos libros, y me dice: “Che, me regustó tu traducción. Quiero que traduzcas este libro”. Yo no lo podía creer, estaba muy contento. Fue un notición. Después, me llamó para coordinar un día para que fuera a la editorial para hablar con ellos cuestiones de estilo. Ahí me dieron un feedback, una devolución de la prueba. D: Habrán hablado de los honorarios. J: Sí, también. D: ¿Tenías idea de cómo cobrar este tipo de trabajo? Porque eso suele ser un tema. J: No, la verdad que no. Yo me guié por los aranceles orientativos de la AATI [Asociación Argentina de Traductores, Correctores e Intérpretes]. D: ¿Y negociaste algo? J: No, al ser mis primeras traducciones, no me atrevo mucho a negociar o a discutir un precio. No me estoy tirando abajo tampoco. Yo ya fui desde el primer día pensando: “No voy a aceptar menos de tanto”. En el Traductorado Público de la universidad siempre nos advertían sobre esto de los aranceles, que hay mucho trabajo “sucio”. D: Sí, y hay competencia desleal en todas las áreas, todas. J: Sí. Por eso. Yo ya iba con esa idea en mente. Cuando me dijeron lo que me iban a pagar, era poco quizás, pero a mí me servía. Me sirvió. D: Y convivir con el libro un mes. J: No, dos meses. Era un poquito poco, pero era mi primera traducción. Con las otras los honorarios mejoraron y se fue haciendo más interesante el laburo también. Aún así, yo creo que se puede todavía mejorar más. [Pausa]. Y ese día me reuní con el equipo de la editorial. La correctora me felicitó. Es muy buena correctora, realmente muy buena. Después me encomendaron la traducción y yo les iba mandando de a cinco capítulos por semana, si mal no recuerdo. Así ellos iban viendo y corrigiendo. Hacia el final del primer mes, me llamaron de la editorial para darme una devolución de lo que había hecho en persona, lo que es muy bueno porque pude hablar con la correctora, tomar decisiones juntos, proponer soluciones. Siempre recibí comentarios positivos y eso es lo que me hacía feliz, el hecho de recibir comentarios positivos de una correctora que nunca había visto en mi vida y que tiene muchos años de experiencia. Yo me sentía muy cómodo con el equipo. Me acuerdo que cuando fui a reunirme con la correctora por primera vez, tenía miedo. No me habían anticipado nada, solamente me habían citado para una “reunión con la correctora”. D: O sea que podía ser que te dijeran—. J: Podía ser cualquier cosa. D: “Mirá, esto es un desastre. No es lo tuyo, no te necesitamos más” o decirte “Nos encantó, tenemos algunas sugerencias”. J: [risas] Sí. Claro. Tenía mucho miedo. Pero por suerte son muy buena gente, muy buena onda. Todo salió muy bien. * * * Mientras sigo transcribiendo los audios, te invito a leer más detalles sobre lo que fue la Escuela de Otoño de Traducción Literaria 2017 en la sección de artículos de interés más abajo. Por último, podés informarte sobre el proyecto de ley Unicaba que pretende cerrar los institutos de formación docente de la Ciudad de Buenos Aires y cómo podés hacer para apoyar la petición a favor de la continuidad de estas prestigiosas instituciones que, entre otras cosas, hacen posible que existan iniciativas de formación profesionalizante en el país como es la Escuela de Otoño de Traducción Literaria del IES en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”. ◘ ◘ ◘ Más sobre la EOTL 2017 ¦ Un lugar llamado Destino ~1000 palabras ¦ Yo vine a matar al autor ~1300 palabras ¦ Crónica en colaboración con el boletín oficial de la AATI, Calidoscopio abril-mayo 2017 ~1200 palabras (acceder al boletín completo) ![]() Delfina Morganti Hernández es traductora creativa, correctora e intérprete de inglés y español matriculada en el Colegio de Traductores de la Prov. de Sta. Fe, 2.ª Circ. y miembro de la Asociación de Profesionales en Marketing (APMKT) de Rosario. Sus principales áreas de trabajo son Marketing y Publicidad, Recursos Humanos, Educación y Legales. Asimismo, traduce y corrige textos de Periodismo Digital, Turismo, Ficción y Crítica Literaria. Es autora del ebook sobre traducción literaria: “Objetividad. Fidelidad. Invisibilidad. Un ensayo a propósito del discurso de la traición en traducción literaria”. Actualmente, cursa sus estudios en Publicidad y en Letras, y es colaboradora en el rol de community manager ad honorem del programa de radio online Traductores, al Aire! | Instagram: @delfina.serviciosling |
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